Este año se cumple el quinto aniversario desde que me gradué
del bachillerato, es imposible evadir esa famosa pregunta que alguna vez nos
hemos hecho: ¿dónde te ves en cinco años? O quizás sería más exacto, y aún más
temible, preguntarme: ¿estoy feliz con lo que me he convertido en esta media
década?
El paso del tiempo es algo temible para todos, aunque
logremos vivir con ese miedo. Siempre estará allí, agazapado, esperando para
recordarnos que sigue corriendo. Para algunos es el primer cabello grisáceo o
una pata de gallo, para otros es una fecha. De repente te vas rodeando de
personas casadas, con hijos, con carreras. Ya no soy una niña, ¡ni siquiera una
adolescente! Estoy en ese punto en el que aún soy muy joven para algunos pero
con más responsabilidades que antes.
Cinco años, se dicen fáciles y se viven fáciles también, a
veces. ¿Qué me diferencia de mi yo del
pasado?
Me veo en el espejo, fijamente. Mi cabello sigue igual de
rizado, amándome y odiándome a la vez. Mi piel es morena, con pequeñas
imperfecciones fruto de la pubertad. Tengo más ojeras, trabajar en horario
nocturno pasa sus facturas. Mi barriga ha aumentado, ¡debo ir al gimnasio! Mis
caderas y mis pechos siguen en su lugar, afortunadamente. ¿Soy atractiva para
los demás? Finalmente, quizás lo más importante, son esos dos surcos que se
formaron de tanto sonreír. De vez en cuando con ganas, otras por las fuerzas,
siempre sonriendo.
No se ve reflejado lo que está en mi interior,
lamentablemente. Me pregunto si mi corazón lucirá igual tras este lapso entre
mi juventud y mi adultez. Ha sufrido y ha vivido alegrías. Cuando presenté una
prueba de admisión en la universidad, por cierto número de respuestas negativas
se anulaba una positiva. ¿Las experiencias malas anularán las buenas? ¿O al
revés?
Este año se cumple el quinto aniversario desde que me gradué
del bachillerato, aún me faltan muchos años por vivir, canas y arrugas por
descubrir. Hay cosas de mi pasado que querría cambiar, pero el futuro es
incierto y el presente no espera a que lo vivamos.
Cierto el tiempo es el amenazador de todos, menos de mi...nahh mentira, claro que le temo al pasar del tiempo y a lo que quedó sin hacerse o sin lograr. Solo ver uno de mis grande logros contigo me hace recapacitar y olvidar lo que no logré
ResponderEliminarLo importante es nunca olvidar los pequeños y grandes logros.
EliminarComo Jobs, es mas facil ver hacia atras para ver si vamos por el camino que necesitamos ir, para llegar a donde querenos. Os felicito por el termino de un ciclo escolar aunque eso fue hace 5 años, ente di bien? Seguiras con tus estudios?
EliminarMuchas gracias, efectivamente fue hace cinco años y sí he continuado con mis estudios. ¡Ya veremos dónde me lleva este camino!
EliminarValla... si os digo que os veis tan joven por no decir linda porque me pegan, ¿no me lo tomáis a mal?
ResponderEliminarFelicidades por tan curioso aniversario, no había conocido a alguien que lleve el conteo de los años después de su graduación XD
A darle duro a la vida que nos falta mucho por vivir...
Si me dijeras que me veo vieja sí que me lo tomaría a mal jaja muchas gracias por tu cumplido. Supongo que soy una persona peculiar.
EliminarYo también estoy a punto de cumplir 5 años de graduada. Y es bastante común sentirse un poco abrumada, yo estoy en ese punto de la vida donde no sabes qué camino agarrar jaja.
ResponderEliminarMe encantó tu idea de que las buenas experiencias anulan a las malas, en toda esa incertidumbre que comenté existen momentos malos, pero lo importante es entender que aún nos queda mucho por vivir y debemos hacerlo tranquilas, sin apuro, disfrutando las buenas cosas. O al menos con eso me quedó de tu entrada.
Me encantó lo que escribiste, saludos!!
Muchas gracias por pasarte Micaela, ciertamente hay que disfrutar el camino, yo agregaría que incluso los malos ratos, porque de cada uno nos queda una enseñanza y van formando lo que seremos y somos.
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