¿Cuántas veces te has encontrado frente a una desgracia y tus ansias de averiguar más de lo que pasó le gana al deseo de ayudar? ¿Dónde se ubica esa delgada línea entre el morbo y la curiosidad?
El
día de ayer camino a mi trabajo me llega un mensaje notificándome que hubo un
arrollamiento en el metro, en caso de ser necesario tomar una ruta alterna. Por
muy lamentable que suene lo primero que pasa por la mente de muchos,
incluyéndome, es si esa desafortunada muerte retrasará mucho el horario
planificado. Cuando llegué a la estación en cuestión, ya el incidente había
sido resuelto y no hubo demora alguna. Qué afortunado, ¿no? Poco más tarde,
luego de comprar algo en la panadería para llevar al trabajo, presenciamos cómo
sacaban al desdichado suicida. Un espectáculo poco agradable, obviamente, o por
lo menos así fue para mí. ¿Pero lo fue para los que me rodeaban?
Ya
en el trabajo los chicos se pusieron a hablar de distintos temas un tanto
sangrientos, por decir una palabra agradable, no los mencionaré por el asco que
me produce. Finalmente llegaron al tema del metro y el suceso ocurrido
previamente. Aparentemente uno de ellos había averiguado la edad de la persona,
entre otros datos. Comentaron el estado en el que se encontraba el difunto y
otros puntos bastante desagradables y, en mi opinión, totalmente innecesarios.
Al día siguiente todavía seguían hablando de ello.
Mi
pregunta es, ¿bajo qué motivo fue necesario todo ese debate? Naturalmente no
apuntaba a mejorar en forma alguna la vida de esa persona, o la de los seres
queridos que dejaba atrás. ¿Simple curiosidad o puro morbo?
Algo
así suele pasar a diario en el día a día no sólo del venezolano sino quizás de
todos. Un choque de autos causa más tráfico por la gente que busca información
del hecho que por el choque como tal. Y ni hablar de las redes sociales y el
furor que causa tomar una foto y compartirla con nuestros seguidores.
El
morbo es algo con lo que nos encontramos cada vez que salimos, incluso cuando
sea algo tonto como una persona que discute con otra y la gente que se voltea a
ver el motivo de la discusión. Yo ayer tuve curiosidad por el motivo que llevó
a esa persona a cometer semejante acto, pero quizás pequé de morbosa al
preguntarme si habrá sufrido mucho dolor. La moral de cada uno determinará
dónde dibujar esa línea que a veces se presenta demasiado delgada.
Hola Kelly, muy muy muy buena entrada!
ResponderEliminarCon tu permiso, la comparto :)
Pues que te digo, siempre es asi, en ocasiones puede que no sea morbo, sino simple curiosidad y ganas de meterse en la mente de la otra persona para tratar de entender que lo llevo a esa situcion, al menos a mi me pasa mas eso que lo otro.. Pero creo que aqui nadie se salva, todos en alguna ocasion estamos entre esa delgada linea con un pie de un lado y el otro del otro..
Saludos.
Muy buen blog, me encanto este :)
¡Muchas gracias, Genesis! Efectivamente a veces es algo que pasa sin querer y cuesta divisar cuándo la curiosidad es más que suficiente. ¡Supongo que es la naturaleza humana!
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