Desde que tengo uso de razón mi madre, licenciada en
Educación, aplicó cuanta teoría del aprendizaje pasaba por sus manos en
nosotros, sus hijos. No sé cuánto habrá afectado esto en quien soy ahora pero
algo tuvo que ver, en definitiva. Una de las propuestas que más agradaban a mi
mamá eran las inteligencias múltiples, de Howard Gardner. En pocas palabras, es
un modelo que define al humano con un conjunto de inteligencias que se activan
según el problema que se le presente en vez de algo individual y “rígido”. Una
consecuencia de esto fue que, para hacernos más integrales, si se nos detectaba
alguna inteligencia, rápidamente se buscaba la manera de alentarnos a
desarrollarla.
Afortunadamente, me parece, mi madre decidió que si
mostrábamos interés en alguna actividad extracurricular nos inscribía o animaba
a realizarla (incluso de forma autodidacta). De forma personal puedo decir que
gracias a esto yo he: pintado y dibujado; practicado deportes como fútbol y
taekwondo; aprendido inglés y un poco de francés e italiano (por lo menos sé
saludar); manejado programas de diseño; participado en programas de radio; toqué guitarra y participé en el coro de mi colegio;
entre otras cosas que quizás no me vienen ahora a la mente. Nunca me vi
obligada a hacer nada y en cuanto deseaba dejarlo, podía hacerlo libremente.
Jamás mostré verdadero interés por las cosas “típicas” de
chicas. Los tacones y ropa súper femenina no son lo mío, a cambio en mi vida
diaria amo usar zapatos cómodos y jeans. El maquillaje, ese amigo de tantas
mujeres, lo uso solo en ocasiones importantes. Si ven a mi madre, entaconada y
maquillada hasta para ir al supermercado, podrían entender que esto significara
una decepción. Si lo fue, no lo demostró. Aparte de un par de bromas, jamás me
ha despreciado por la forma como soy.
Lamentablemente (cabe acotar que lo digo sin ser totalmente
seria), en su deseo de respetar mi independencia en lo que decidía hacer o ser,
terminé con el título de esta entrada. Nunca he tomado clases de ballet o
cualquier tipo de danza. Como a los 5 años participé en una presentación de
tambores del preescolar, a los 7 en un concurso de salsa del colegio. Y ya, fin
de mi incursión en el mundo del baile. Teniendo 21 años no es tarde para
hacerlo, lo sé, pero quizás hubiese deseado que me obligaran a hacerlo más
joven (cuando levantarme de la cama no significaba una odisea). Con lo pésimo
que bailo estoy segura que muchos estarían agradecidos.
Después de eso, Kéllyta dejó de intentarlo |
Ahora le toca a ellos decir su "Nunca, nunca":
Hola guapisima!
ResponderEliminarAquí te dejo ya mi TAG hecho.
Yo nunca dí clases de canto.. pero quizás debería haberlo hecho.
Muchas gracias por darme la oportunidad de participar en un TAG contigo!
https://planetasingular.wordpress.com/2016/02/03/yo-nunca-nunca-he-ido-a-clases-de-canto-tag/
Por cierto, nunca es tarde, para dar las clases de baile!!! ;)
ResponderEliminarJusto una persona me acaba de decir que lo haga jaja ¡creo que le haré caso! Tú también anímate un día, así sea por la añoranza.
EliminarEn unos momentos hago el tag amiga ja va a ser divertido, gracias por el tag ;)
ResponderEliminar¡Estaré esperando!
EliminarLISTO, CASI FUE LO MISMO QUE TU :o
EliminarESPERO NO CAUSAR DEMASIADA RISA O DEMASIADA LASTIMA
http://ricksethblog.x10.mx/tag-yo-nunca-nunca-he-aprendido-a-bailar/
Gracias por el tag
XD, el tercer párrafo me recuerda a mi XD.
ResponderEliminarP.D. Tampoco he tomado clases de baile: No sé bailar
Tenemos que formar una comunidad nosotros los no-bailarines para unirnos en contra de esos que se mueven con tanta gracias haciendo que luzcamos como bobos en las fiestas jaja
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