Una mezcla de nervios y emoción me asaltaban esa mañana, combinado con un poquito de miedo, claro está. Mientras buscaba qué ropa usaría me cuestioné si sería lo mejor hacer esa locura. Tenía ese presentimiento que algo malo pasaría. Qué tonta me sentía. Solo era una reunión con un par de chicos como yo, ¿qué es lo peor que podía pasar? Me reí, generalmente en las historias esa pregunta solía traer cosas muy malas.
Con
21 años ya tenía 4 años escribiendo, muy poco comparado con otros escritores
que conocía. Un hobbie descubierto tardíamente que me proporcionaba mucho
placer, pronto se convirtió en un sueño. Me veía a mí misma haciendo eso por
siempre, publicando libros quizás. Empecé a estudiar Letras como parte de ese
sueño, más adelante abrí un blog. Pero había una gran pared impidiéndome
avanzar. Ese impedimento era yo, o más bien mis inseguridades. Mantuve el blog
oculto al público casi 2 años antes de atreverme a dejar que alguien más viera
lo que muchos llamarían un talento. Para mí nunca era suficiente. Así fue hasta
el año pasado, una voz dentro de mí me dijo ¡Basta! Hice visible el blog y
comencé a tomarlo como algo serio. La inseguridad seguía allí pero tenía una
nueva motivación que hasta ahora no conocía.
-
Kéllyta, ¿tú no tenías que salir? – Escuché la voz de mi madre sacándome de mis
pensamientos.
-
¿Qué hora es?
-
Las 11, ya es tarde.
Solté
una grosería antes de apresurarme. ¿Por qué me costaba tanto ser puntual?
Comencé a hacer cálculos mentales. Tenía que estar en Caracas a la 1, si salía ya
podía llegar a tiempo. Solo me faltaba peinarme. Bueno, saliendo en treinta
minutos solo llegaba un poco tarde nada más. Soy un desastre.
Cuarenta
y cinco minutos después, tras una revisión en el espejo, decidí que mi aspecto
no me molestaba tanto. Me despedí de mi madre con un beso y salí corriendo,
vivir en San Antonio era muy tranquilo pero ir a Caracas siempre se sentía como
una carrera contrarreloj, de allí mi relación amor-odio hacia la ciudad donde
vivía. La fortuna estaba de mi lado, sin embargo, no había tráfico y el camino
se hizo rápido. Debe ser el día, me dije. Las calles estaban bastantes vacías pero
siendo domingo podía entenderlo. Hasta el metro decidió ir rápido, qué suerte.
A
la 1:05 pm ya estaba en la entrada del Parque del Este (Parque Miranda,
corrigió mi mente). Se supone que allí nos debíamos reunir, ¿y si nadie venía?
Me sentía bastante tonta viendo a todos lados, hasta que encontré lo que
buscaba, unos jóvenes alrededor de un cartel que decía “Reunión de Bloggers
2016”.
Vamos, no es
como si te fueran a comer.
Me
acerqué a ellos con mi mejor sonrisa, podía sentir el rubor en mi cara.
Ojalá no lo
noten. ¿Qué tengo que decir?
-
Hola, hola, ya llegué, no esperen más.
Eso, un chiste
malo para comenzar, perfecto.
Una
chica se me acercó; era un poco más baja que yo, de tez pálida, grandes ojos
negros y cabello corto oscuro. No era muy buena con los rostros pero la
reconocí de la Comunidad de Bloggers venezolanos en Facebook. Por su ropa y
aspecto podía pasar por una chica gótica. Se vestía bien. Me miró un poco
seria, como evaluándome.
¿Por qué me mira
así? ¡Qué pena! No me veo tan mal.
Parecía
decidir si saludarme o no. Después de aparentemente aprobar su examen, adelantó
su mano.
-
Oh sí, al fin llegó nuestra salvación – dijo, sarcásticamente. – Menos mal
nadie necesitaba algún antídoto porque alguien estaría muerto.
-
Solo llegué ligeramente tarde. – Respondí, mitad en broma y mitad en serio.
-
Entonces alguien estaría ligeramente muerto.
-
Como dices, agradezcamos que no me tocó traer antídotos – Estreché su mano y
sonreí, me sentía mejor bromeando, ayudaba a entrar en confianza. – Mucho
gusto, soy Kéllyta. – Completé un poco más seria.
-
Hola, me puedes decir Hanna. Ven, ya casi estamos todos. No eres la última en
llegar. Vamos a dar 10 minutos más y empezamos. – Nos acercamos al pequeño
grupo que había reunido – Chicos, ella es Kéllyta, como ya les dije más
adelante nos presentaremos todos debidamente.
-
¿Ya o todavía faltan más impuntuales? – Pude escuchar a alguien murmurar.
Alguien anda de
mal humor, tampoco fue tanto tiempo.
Justo
como sospeché, esa chica tenía cierta aura de líder. No por nada la iniciativa
de reunirnos hoy había sido de ella. Me uní a los demás tras un breve saludo.
Todos los nervios que había perdido hablando con Hanna habían regresado, estar
rodeada de muchas personas me atemorizaba.
-
¿Kelly? – Una voz, masculina, me hizo pegar un brinco. – Tranquila, tranquila,
soy John, ¿recuerdas? Me dijiste que viniera. Perdón por asustarse, es que eres
la única que conozco de los que están acá, te reconocí por tu foto.
Me
voltee y me encontré con un chico más bajo que yo, de complexión un tanto
musculosa. Sus ojos eran bastante verdes, cabello castaño oscuro y su piel
tostada. A diferencia de él, yo nunca lo
había visto en fotos. Con el entusiasmo del día ni siquiera me había molestado
en confirmar su asistencia. Habíamos interactuado frecuentemente en nuestros
blogs ya que, como el mío, el suyo también tenía un estilo narrativo un tanto
oscuro.
-
Luces como si te fuesen a hacer algo terrible, deberías relajarte mujer. –
Bromeó.
-
¡Qué malo! Es que las multitudes me alteran.
-
¿Multitudes? ¿Has mirado alrededor? Estamos en el Parque Miranda, un domingo, y
esto está vacío. Casi somos los únicos. Quizás la señorita Hanna armó todo esto
para secuestrarnos como ha secuestrado a toda Caracas.
Una
alarma en mi cabeza empezó a sonar, ya había visitado este parque antes un
domingo y era cierto. La gente venía aquí con sus hijos los domingos a hacer
deportes y recrearse. Empecé a hacer memoria, la camioneta en la que bajé tardó
bastante en llenar pero lo atribuí al día, así como la poca gente en el metro.
No hay que ser
paranoicos, es domingo y es perfectamente normal. La gente escogió estar hoy en
casa.
John
empezó a reír.
-
Debiste ver tu cara, bájale a tus nervios, solo bromeo.
-
Ja ja, no me simpatizas. Me debes una.
-
No deberías bromear con eso – nos interrumpió una voz a nuestro lado, con un
toque de acento de los Andes – ¿Te imaginas que hoy se formara alguna protesta?
Me
sorprendió un poco el comentario, tan directo. Hice memoria a ver si recordaba
a la chica pero no se me hacía familiar. Por la mirada de John, él tampoco la
reconocía. Usaba lentes, tenía el cabello castaño liso y piel clara. Lo que más
llamaba mi atención era su rostro, lucía como el de una chica muy joven, el que
estuviera comiendo chocolate no ayudaba. ¿Acaso tenía ya 18 años?
-
Intentaba romper el hielo, solo es un día tranquilo y ya – respondió John
después de sacudirse la extrañeza.
La
chica lo ignoró, o más acertado sería decir que se distrajo con su dulce.
Empezó a llegar un poco más de gente, reclamando nuestra atención. Hanna
finalmente alzó la voz para sugerir que entráramos al parque. Como si de una
orden se tratara, empezamos a andar. Una chica corrió hacia nosotros.
-
¡Ya va! ¡Espérenme! – Se había quedado sin aliento la pobre, me recordó a mí
cada vez que llegaba a un lugar tarde.
-
Hola Génesis, ¿qué pasó? ¿Te perdiste? Me tenías un poco preocupada – le dijo
Hanna, al parecer ya se conocían.
-
Fue culpa del metro, tenía retraso, no sé qué pasaba. Ustedes los caraqueños
son muy valientes.
Finalmente
entramos al parque, la idea era compartir una comida y conversar del mundo
blogger y de cada uno. Yo esperaba formar nuevas amistades entre esa gente con
la que compartía algo en común, el amor por la escritura y los libros.
Escogimos un sitio donde había una porción grande de grama para sentarnos en
círculo, algo alejados de todos, protegidos por una colina de miradas curiosas.
Hubo un par de personas que pusieron mala cara pero se sentaron también,
refunfuñando. ¿Qué parte de “parque” no entendían? Quizás esperaban sillas
cubiertas de terciopelo. Yo no puse objeciones y me senté sin más.
Fashion
bloggers, seguro.
-
Ahora que estamos aquí, bienvenidos oficialmente a la primera Reunión de
Bloggers. Yo soy Hanna, como todos ya saben, de “Hanna Blog”. Me gusta mucho
leer y tomar fotos, con mi blog deseo hacer llegar el amor por la lectura a
todos los jóvenes como nosotros. ¿Qué les parece si cada uno se va presentando
y haciendo una pequeña descripción de su blog?
Oh no,
presentarme. No me gusta cómo suena eso.
Aparentemente,
como yo, ninguno encontraba atractiva esa idea, o simplemente no deseaban ir
primero.
-
Me hubiesen dicho que ya se conocían todos y no hacíamos esta reunión, podemos
irnos entonces.
-
Baja un poco tu sarcasmo Hanna que van a creer que eres un ogro – dijo un chico,
su acento delataba que era del estado Zulia.
Afortunadamente
eso bajó la tensión y todos nos reímos. El mismo muchacho que comentó eso se
levantó. Era muy alto, pero aparte de eso, su aspecto era “común”, ojos y
cabello castaño corto, delgado.
-
Voy yo primero, para que dejes de quejarte. Hola, hola. Mi nombre es Alan, mi
blog es “Tinta nocturna”. En él hay libros, hay cine, hay historias, hay
música. Y no sé qué más quieres que digamos, esto parece reunión de AA. – Se
sentó de nuevo.
-
Con respecto a eso de música, ya te dije que hay que revisar tus gustos. – Le
molestó Hanna, haciendo comillas con la palabra música.
Yo
no terminaba de agarrar suficiente ánimo para presentarme, distintas frases
graciosas me pasaban por la mente y ninguna me convencía. Dejé que otros
tomaran mi lugar. Entre una de esas personas le tocó a una chica bajita y
delgada, morena de piel. Era de las que tenía mala cara cuando nos tuvimos que
sentar, ahora portaba una sonrisa enorme.
¿Tendrá doble
personalidad?
-
Yo soy Betty, tengo poco tiempo en este mundo de los blogs. Descubrí lo
divertido que era leer y eso me llevó a abrir “El amor a un libro”. Soy del
estado Vargas. Mi color favorito es el fucsia. ¡Y ya!
Una
vez alguien me dijo que me creía diferente por leer, cuánto me gustaría
mostrarle la cantidad de personas que disfrutan de ese hobbie como yo. Cualquier
mal presentimiento de la mañana, ahora lo había olvidado por completo.
John
me dio un pequeño golpe y regresé al mundo real.
-
Después de mí vas tú, prepárate.
-
¿Cómo?
Se
levantó, aclarándose la garganta. Tenía un aspecto serio y tranquilo.
-
Buenas tardes, mi nombre es John, pero hay demasiados John en el mundo así que
prefiero Serazor. Mi blog se llama “La Mitología Serazor” y en él escribo casi
cualquier cosa que me venga a la mente, por lo general cosas que pueden causar
ganas de fumar un cigarro mientras escuchas las canciones que le dedicaste a tu
ex. Ella es Kéllyta, ¿verdad? – Me señaló y yo me sonrojé, aún no estaba
preparada pero ahora todos me veían así que me paré.
-
Sí, yo soy Kéllyta. Hola. Me daba miedo venir porque creí que me secuestrarían.
– Me reí nerviosa, un par de risas me acompañaron, apoyándome – mi blog es “The
Girl with the Fairy Tattoo”, escribo relatos y reflexiones de la vida. Eso, sí.
Me
senté rápido, suspirando. Lo peor ya había pasado, creí. Me concentré en seguir
escuchando las presentaciones.
-
Creo que me toca, soy Génesis y vengo de un poco lejos, de Maracaibo. Es mi
primera vez en Caracas. Como a muchos acá también me gusta leer y en mi blog
hago booktags, reseñas y cosas relacionadas con libros o cine. – Era la chica
que había llegado de última, me agradaba su aspecto, parecía una persona
sencilla y agradable. Una parte de mí, esa que era intuitiva, sentía que se
mostraba distante - ¡Ah sí! Mi blog es “Ojos soñadores”.
Todavía
faltaban varias personas, sentí que cumplía una meta personal al no ser la
última en ponerse de pie. Es verdad que había sido presionada por John, pero
era un inicio alentador. Noté que la chica del chocolate aún no se había
levantado, quizás necesitaba un empujón como yo.
-
Buenas tardes, me llamo Gisselle. Me gusta mucho la música, toco el clarinete.
Mi blog es “Una Travesía Literaria” porque sí, me gusta leer. Soy de la ciudad
que protagoniza Oficina Nro. 1, de Miguel Otero Silva, El Tigre. – A medida que
iba avanzando, hablaba cada vez más rápido, quizás producto de la emoción.
-
Hey, tú, ¿no te vas a presentar? – No pude evitar acercarme a ella, por lo que lograba
observar solo faltaba una o dos personas más.
Me
vio, como si despertara de un sueño, y me sonrió. Por respuesta lo único que
obtuve fue verla levantarse.
-
Hasta ahora todos me han caído muy bien, aunque algo me dice que él es muy
mayor para estar con nosotros y tampoco se ha presentado – dijo señalando a un
joven – yo soy Jessy, de La Victoria, mi blog es “Viajemos entre páginas”.
Para ser justos,
sí luce un poco mayor.
Todos
nos quedamos en shock mientras ella se sentaba, como si nada. Sin saber qué
decir, pasó un segundo hasta que una risa rompió la tensión.
-
Un poco muy honesta, ¿no? Creo que acabo de ganar el premio a la mejor
introducción. – Era el no-tan-joven en cuestión. Un poco más alto que Alan, con
lentes y una barba descuidada que quizás era la culpable de su aspecto “mayor”
– Mi nombre es Ramón, tengo 25 años así que no soy tan viejo, ¿ok? Como Jess,
soy de Aragua. No tengo blog pero también me gustan los libros y he pensado
abrir uno.
Así que el
malhumorado de antes eras tú, intruso.
Al
finalizar las presentaciones comenzaron las distintas actividades que se traían
preparadas. Entre algunos juegos para romper el hielo, lecturas conjuntas,
trivias, debates y otros pronto se nos hizo las 3 de la tarde. La estaba
pasando muy bien. El parque cerraba a las 4:30 y a esa hora planeábamos irnos.
Lo último en la agenda era el compartir de comida. Distintos grupos se
dispersaron, mucho más cómodos. Por algún motivo Hanna, Génesis, John y yo
terminamos juntándonos.
-
¿Y si vamos al cine? – Comencé a decir – Podemos decirle a todos y que vengan
los que estén interesados, aún es temprano y...
Algo
interrumpió mis palabras, un grito. Todos nos pusimos alerta, alarmados por la
súbita perturbación.
-
Eso no ha sonado como alguien pasando un buen rato en el parque – dijo John sin
perder su habitual sarcasmo, pero sin burla.
-
Para nada, quizás deberíamos ir a ver – sugirió no muy convencida Génesis.
-
Tal vez alguien se cayó, vamos. – Sentenció Hanna llevando la delantera.
-
Hey, espérenme, no es seguro – Ramón se acercó, tomando a Hanna por la muñeca
para colocarse al frente.
La
seguimos a pesar que el miedo aceleraba nuestros corazones, por mucho que lo
intentáramos ocultar. Ese grito tampoco parecía el de alguien cayéndose. Lo que
vimos al terminar de subir la colina, que nos separaba del resto del parque,
nos heló la sangre. Estuve a punto de gritar de no ser por la mano de John
tapando mi boca. Era una persona. Y entre sus manos se encontraba la cabeza de
lo que antes había emitido un grito, una mujer.
"Fashion bloggers! Jajajajajaja como me hiciste reir con eso. Creo que ya te lo dije. La narración es fluida y muy divertida de leer. Además del honor de ser citado en tu historia, por eso te debo un muy grande. Excelnte, Kellyta :3
ResponderEliminarGracias John, ¡por pasarte a comentar! Ojalá nadie crea que tengo algo contra los Fashion bloggers jajaja
EliminarSimplemente, genial. ¡No dejaré de decirlo!
ResponderEliminar¡Se hace lo que se puede! ¡Agradezco tu comentario!
Eliminarohhh genial!! me ha encanto el relato ! :D buenisimo!!
ResponderEliminar¡Gracias, gracias! A mí me encanta escribirlo y espero seguirlo pronto.
EliminarLlego tarde a los comentarios!!! me esta gustando como va todo me muero por leer el segundo cap. y estoy muy entusiasmada de aparecer en tu historia :3
ResponderEliminarNunca es muy tarde, ¡bienvenida! A mí me entusiasma contar con tantas personas pendientes de este proyecto que espero cada día crezca un poco más.
EliminarWow! Tambien sois dw Venezuela?
ResponderEliminarMe gysta la idea de tu "reality shou" y mas la trama en la que se esta desarroyando. Me gusta!
Pero mas me gusta la idea de que una reunion asi se hiciera, si los Youtubers pueden, poeque los Bliggers no? XP
¡Sí vale soy venezolanísima! Gracias por tu comentario a mí también me gustaría mucho una reunión así (sin el giro final, claro está jaja)
EliminarHolaa
ResponderEliminarya sabes que me gusto mucho n.n
esta entretenido y divertido, ya quiero saber que pasa xD
Escribes genial ;)
Gracias Génesis, ¡es un placer contar con tanta gente como tú para darle vida a esta historia!
EliminarQue emoción... esto pinta a que se van a comer a todos :D
ResponderEliminarXD es coto... me encanta la situación, ya quiero ver como Bloggeros salen de esta :D
Jaja siempre me imaginé que yo sería la primera en ser comida por un zombie, ¡no pinta bien para mí!
Eliminar¡Vaya! Me he llevado una grata lectura con este relato, Kéllyta, manejas bien la narrativa haciéndola agradable y ligera. Además, lo dejas a uno con ganas de saber que pasa con ese recurso del cliffhanger que usas al final. Felicitaciones! Espero poder seguir leyéndote; si la parte autobiográfica que compartes en el relato tiene algo de realidad, entonces aparte de coterraneos, somos cuasi vecinos, no siempre puede uno encontrar a alguien que escriba y esté cerca, casi toda le gente que conozco son de otros países, jajaja. Esperaré con impaciencia el desarrollo de esta nueva historia tuya, ya me suscribí acá a tu blog y te agregué a mi cuenta de G+, espero también puedas agregarme y seguir mi blog. Besos!
ResponderEliminar¡Vecino! Tu comentario me ha sacado una enorme sonrisa, es bueno saber que no hago tan mal lo que me gusta. ¡Pronto estaré actualizando esta historia!
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