martes, 26 de enero de 2016

Divagaciones alrededor del coye

Una cosa entretenida que tiene esto de dormir tarde es el hecho de recordar cosas que tu cerebro parecía haber borrado. Yo soy la persona con mejor memoria o la que tiene más estropeado ese lado del cerebro, depende del día, quizás. Suelo bromear diciendo que tengo memoria selectiva y solo las cosas “importantes” quedan grabadas en mi mente.

Recuerdo que alguien en estos días, o hace años, me dijo que no confiaba en esas personas que usan la palabra “coye”. No me pregunten quién fue o el contexto en el que lo dijo, no porque no quiera decirlo sino porque no recuerdo (si llegas a leer esto y fuiste tú quién lo dijo, mis más sinceras disculpas). Creo que nunca me dio razones por las que hacía tal declaración. En realidad recuerdo tan pocos detalles que me hace dudar si alguna vez alguien me hizo este comentario. Vamos a darlo por cierto para no complicarnos, más.

Este recuerdo surgió en una de esas interesantes autoconversaciones que se tienen de vez en cuando. Monólogo interno de genios y locos. Mi yo interior usó la dichosa palabra, en un pensamiento bellamente hilado: “coye pero es que no”, Frase merecedora de premios, ¿cierto? Creo que hablábamos de algún hecho ocurrido en el transcurso de mi día. De repente escuché claramente una voz desconocida (es decir mi voz distorsionada) diciendo: “yo no confío en esa gente que usa el coye”.

No estoy segura si este término es usado exclusivamente en Venezuela (de donde soy) o será conocida por otros países. Tal vez algunos estén perdidos en su significado mientras otros, más pilas, ya habrán deducido de forma elemental su connotación. 

Hagamos una pausa para aclarar algo antes de continuar. Cuando me refiero a alguien “pilas”, en venezolano, estoy hablando de una persona ágil mentalmente. No es exactamente poseer conocimientos sino saber aplicarlos de forma veloz para necesidades propias o ajenas. Una frase que podrías escuchar refiriéndose a alguien así es: “Míralo qué pilas, llorando pa’ conseguir que la mamá le dé lo que quiere”. Acá podemos observar cómo un tercero se expresa con respecto a un niño llorón que lo hace por malcriadez y ya. Qué rico es el español con sus palabras de significado variable, ¿verdad? Fin de la pausa.

Profundizando en esa palabrita misteriosa, después del desvío, podemos encontrar que “Coye” es una forma sutil o políticamente correcta de decir COÑO. No hay profundas explicaciones a ese eufemismo, no se sabe cuándo nació, las malas lenguas dicen que es el hermanito menos famoso de “Cónchale”. Se presume primo lejano del “Miér…coles”. Nadie tiene muy clara su historia pero algunos disfrutan añadirla a su vocabulario, un modo suave de liberar tensión.

Yo la escuché, tal vez por primera vez, en labios de mi profesor de sexto grado. Él está en mi top 3 de profesores favoritos, pero eso ya es tema de otro escrito. Este dato también me lo trajo mi memoria caprichosa, siendo esto bastante extraño teniendo en cuenta que no la usaba repetitivamente. Pero sí puedo afirmar con una mano al fuego que se la oí.  

¿Por qué no confiar en mi querido profesor por usar esta expresión? Al analizarlo ahora, como ¿adulta?, no me parece mal que lo hiciera. Éramos unos niños y nuestras mentes debían ser protegidas de semejantes barbaridades, ¿o no? Al final, tarde o temprano, ideamos cómo salirnos con la nuestra, sin embargo el hizo su trabajo en retrasar tan fatídico momento. En Venezuela el sexto grado es el último antes de comenzar el bachillerato, para él quizás fue ese último intento de conservarnos como inocentes infantes. Esa es la función que adquieren los adultos que terminan siendo significativos para nosotros a temprana edad, dar tiempo antes del inevitable momento que definamos lo que seremos. No, no puedo desconfiar de él. 

Muy personalmente yo cambiaría esa sentencia de “No confío en quien usa el coye” a “No confío en quien usa el coye cuando la situación y el cuerpo exigen un verdadero coño”. Porque reprimirse tampoco es bueno, ¡señores! ¿Cuál será esa situación? Ya tu instinto y tu juicio te lo dirán. A mí siempre me alivia lanzar un bueno “COÑOOOO” cuando vivo una injusticia propia o ajena que se lo gane. 

Las groserías, como los dulces y otros alimentos poco nutritivos, hay que guardarlas para momentos que queramos darnos un gustico verbal. Un pequeño desvío en nuestro estricto régimen de un vocabulario correcto. ¿Tanta comida sabrosa que te ofrece nuestro léxico y nos conformaremos con una dieta rica en obscenidades? Coye… No, gracias.


¿Y tú? ¿Te consideras groserx? ¿Cuál es tu grosería favorita?

viernes, 22 de enero de 2016

Nanoconcurso - Los ganadores


(Aquí me pongo un poco melosa, si quieres ir directo a los ganadores, salta esta parte). Antes que nada, me tomaré un momento para agradecer a todos los participantes porque alegraron mucho mis días con cada nuevo nanorrelato que publicaban. Debo admitir que el día que decidí abrir este concurso no me esperé recibir tan buen recibimiento y, al saber que tantas personas lo encontraron de su agrado, fue difícil sacarme la sonrisa del rostro. 

Los ganadores fueron elegidos tras una votación que consistió en un puntaje del 1 al 15. Cinco de ellos fueron otorgados por una buena amiga, y también escritora: "Una encabronada más" (unaencabronadamas.blogspot.com) y los otros 10 concedidos por mi persona.

Sin más retraso, lo prometido es deuda, los ganadores son:

Helena Sanz
Ella quería ser rescatada, él murió al tocar la puerta.
Blog: http://basado-hechos-reales.blogspot.com
Twitter: https://twitter.com/TroyaDeHelena

  
Jessi
Chupo sangre de mi dedo tras saber que tenía magia.

V.S.Z 
Un grito anuncia la vida, un beso dicta la muerte.

Opus Vic
Pensando olvidarle, salió, encontró, perdió, ganó, pero no pudo olvidar.

Silver Knight
Dos almas gemelas, que se conocieron en el momento incorrecto.

martes, 12 de enero de 2016

Nanoconcurso (cerrado)

Mi semana de nanorrelatos ha terminado, comienza la tuya.



¿Cómo participar?

      1. Suscríbete al blog. 



      2. Comenta un nanorrelato (máximo diez palabras).

  
      3. ¡Gana!


Premios
  • Cinco ganadores serán seleccionados, su nanorrelato aparecerá en una entrada.
  • Los tres mejores tendrán aparición especial en mis redes sociales. 
  • El primero ganará una imagen del nanorrelato diseñada por mí.


Plazo
     Cinco días para recibir los nanorrelatos (Miércoles 13 - Domingo 17).
     Dos días de votación (Lunes 18 y Martes 19).


Reglas
  1. Un comentario por suscripción.
  2. Máximo dos nanorrelatos en cada comentario.
  3. Cada comentario poseerá el nombre con el que se suscribe.

sábado, 9 de enero de 2016

Día 7 - Distancia prudencial

                                          Adelantó
                                                         un pie.
                                                         Luego 
                                                                    el otro.
                                                                    No pudo adelantar más.

viernes, 8 de enero de 2016

Día 6 - Decepciones

                            Volvió.
                                     De nuevo.
                                                  Solo consiguió recordar el porqué
se fue.

jueves, 7 de enero de 2016

Día 5 - Mentiras reales

Su pluma cruzó la delgada 
L       Í       N       E       A
hacia         la         ficción.

miércoles, 6 de enero de 2016

Día 4 - Ícaro

                                         Era feliz, de una
                                                                        falsa
                              absurda
                                                      y ciega manera.

lunes, 4 de enero de 2016

Día 2 - To know

                         Cruzó la puerta al co
                                                        no
                                                           ci
                                                             mien
                                                                    to 
                               y el abismo le recibió.

domingo, 3 de enero de 2016

Día 1 - Del amor al odio

                         Él aprendió a amar.    
                                                            Ella aprendió a odiar.

Semana de nanorrelatos (Info)

Actualmente, por recomendación de una persona de confianza, decidí inscribirme en un concurso de nanorrelatos. En honor a ello, estaré publicando un nanorrelato, cada uno de una extensión máxima de 10 palabra, diariamente durante esta semana comenzando el día de hoy domingo 03/01/2015.

He de decir que es una experiencia sumamente interesante plantear una idea completa, con inicio-desarrollo-cierre, teniendo tan poco en mis manos para ello. Definitivamente invitaría a cualquiera que lo desee a intentarlo, llevar a su mínima expresión esa bella forma de expresión que es la narrativa.