miércoles, 17 de agosto de 2016

El fin

Las historias que narran el fin del mundo nunca terminan con el mundo finalizando, siempre hay un giro pocos minutos antes donde el supuesto apocalipsis en realidad era solo una especie de lección por aprender. La población se ve infinitamente disminuida, eso sí, para añadir drama al asunto, pero unos pocos sobreviven. El mundo sigue su curso, renovado, las personas aprenden a valorarse y querer la tierra en la que habitan. Todo es tan hermoso y conmovedor. Una bonita música de fondo acompaña a los supervivientes mientras miran el amanecer. Este relato no guarda ninguna lección, es solo la humanidad llegando a su inevitable desenlace. 

Cuando el primer meteorito cayó nadie supo cómo reaccionar. La teoría en la que el mundo acabaría por una roca espacial había sido científicamente discutida, debido a la protección que nos proveía Júpiter con su gran tamaño. Estaban aquellos que decían que ya había pasado una vez, los dinosaurios y su extinción era una carta usada para contraatacar a los anteriores. El segundo y tercer meteoro nos agarró todavía paralizados. El cuarto despertó, oficialmente, el pánico. 

Todo parecía una sinfonía de gritos, la gente corría de un lado al otro. Solo los más sensatos buscaban, donde podían, refugio. Así como comenzó, terminó. El reporte oficial diría que un total de 6 meteoros habían impactado con la tierra mientras otros 4 habían pasado lo suficientemente cerca para ser visibles a plena luz del día. Nadie sabía exactamente qué hacer. ¿Sería como los terremotos, con réplicas? Nadie era experto en desastres naturales, e incluso siéndolo, no había una guía de “Antes/Durante/Después en caso de lluvia de meteoritos”. Cinco, diez minutos, nada sucedía, pero nadie se atrevía a moverse. 

Como en cámara lenta la gente empezó a regresar a las calles, algunos felices de ver todo finalizar, otros tenían miedo de tener otra roca enorme amenazando con aplastarlos. Lo que no cruzaba por la mente de casi nadie era la ruina que ya había sido causada. Entre el golpe y las olas de impacto, muchas vidas se perdieron, daños materiales millonarios clamaban por ser reparados. ¿Sería posible volver a lo que era antes? 

La respuesta fue sí, a pesar del tiempo que tardó, todo regresó más o menos a la normalidad. Las muertes fueron lloradas y el dinero gastado en arreglar todo lo que el desastre les había intentado arrebatar. Transcurrieron los años y los meteoros pasaron a ser parte de la historia, algo para contar y recordar, solo un hecho más en el pasado de la humanidad. Humanidad que no sabía la enfermedad terminal de la que era presa.