domingo, 8 de diciembre de 2013

De arepas y misses solas

Había una vez una arepa pelá y una joven Maritza Sayalero, ambas compartían algo: representaban un país. Mientras una reunía a toda una familia en ese ritual de cocina, la otra emocionaba a otro grupo de gente que hinchada exclamaba “¡Tenemos la mujer más hermosa del UNIVERSO!”. 

Pero todo cuento de hadas tiene su fin, y este sueño del perfecto tricolor llegó también a un abrupto desenlace. Duque dice: “(…) la gente hoy está orgullosa porque cree (como millones de nosotros) que ESA MIERDA que nos estamos comiendo a diario son arepas.
y de repente ya no nos sentimos tan orgullosos de nuestra “arepa de cada día”. Un comentarista cualquiera, en una página de noticias cualquiera comenta: “Muy triste que para hablar bien de Venezuela haya que recurrir a algo tan banal como la belleza, cuando es un país con graves problemas por resolver: el primero, la escasez de alimentos” y también las siete coronas universales pierden su sabor.

¿De qué sirve entonces enorgullecernos por nada cuando probablemente simplemente sea solo el maquillaje que le echamos a la asquerosidad de país que tenemos? La arepa ya no es arepa sino un polvo que incluye hasta la tusa del maíz. Las misses ya no son representantes de la belleza venezolana sino un estuche plástico vacío, más plástico que nada, que solo sirven como entretenimiento. Por cierto, ¿recuerdas esa hermosa canción que decía “Yo me quedo en Venezuela, porque yo soy optimista”? Su autor, Carlos Baute, puso pies en polvorosa hace mucho. Además, para rematar, nuestra querida bandera tricolor  probablemente no tiene su origen en el oro, el mar y la sangre derramada.

Parece innecesario este constante boicot hacia todo lo que un día creímos propio, motivo de alardeo. ¿Qué es lo próximo? ¿Chocolate venezolano falso? García Márquez decía hace 31 años: “(…) creo que los europeos de espíritu clarificador (…) podrían ayudarnos mejor si revisaran a fondo su manera de vernos.” Yo digo que después de toda la autoflagelación que nos infligimos los venezolanos últimamente, son otros los que necesitan cambiar su forma de verse. O por lo menos deberíamos si no queremos dejar a nuestro país solo.

lunes, 11 de noviembre de 2013

Un momento de reflexión: Saqueos


A pesar de nunca meterme en esta situación política porque me da asco hay algo que sigue zumbando en mi cabeza. Maduro llamó al pueblo a comprar en las grandes tiendas del país a un precio que según él es el justo tanto para el comprador como para el vendedor. Qué tan cierto sea esto, no lo sé. En seguida la mayoría de la gente de la oposición salió a proclamar que era un llamado al saqueo para los marginales chavistas. No puedo ver cuál es el fallo en la teoría de calcular el precio de acuerdo a como lo consiguieron los vendedores, tomando en cuenta que apenas una semana después de la devaluación ya habían aumentado los precios a cosas que consiguieron sin el dólar aumentado. Repito: no veo el problema en la TEORÍA de esto, a pesar de si en la práctica se lleva a cabo o no.

Entonces, lo que hasta ahora se ha llamado saqueo por parte de los marginales no es más que la posibilidad de conseguir algo a un precio justo. Un televisor que te querían vender a 21.000 bs lo conseguirías a 7.000 bs. (Precios inventados). Pero igual te hacen falta los 7.000 bs para conseguir el televisor, dinero que mucha de la gente pobre NO TIENE. Mi madre es chavista porque cree en eso, así como tú crees en otra cosa. Mi padre es militar porque es la profesión que le tocó realizar. Ambos se matan trabajando. Pero en mi casa no tenemos 40 televisores, 10 laptops, 7 lavadoras ni nada así. Porque no tenemos el dinero que igual hace falta para conseguirlos. Yo te pregunto entonces: ¿Quiénes están detrás del "saqueo"? ¿La gente pobre (chavista o no) que igual no puede conseguir el dinero para esos precios justos, o la gente rica (llámense enchufados del gobierno o niños ricos de la oposición)?

Solo somos marionetas de los que están más arriba de nosotros, no se presten a insultarse entre si porque al final todos estamos en el mismo barco.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

El crimen de una madre, el crimen de un hijo

El Rey de reyes regresa victorioso de la Guerra de Troya tras enfrentarse a muchos hombres valerosos. A diferencia de otros compañeros como Odiseo, que requirió otros 10 años de viaje y desgracias, Agamenón logra volver a su palacio con prontitud. Todo para ser vilmente engañado por una mujer que creía fiel a su nombre.

Clitemnestra, mujer de Agamenón, lo recibe con palabras tan hermosas como falsas. Lo acompaña al baño y allí lo envuelve en un velo para luego acabar con su vida. Casi con orgullo habla de su crimen, incluso se atreve a llamarlo su marido cuando ya ella había ultrajado el lecho nupcial con Egisto. Cuando busca defender su obra clama que era lo justo ya que estaba vengando a su hija, “Por la justa venganza de mi hija, por Até, por Erinnis, a quien he ofrecido la sangre de este hombre, no temo entrar nunca en la morada del terror”[1] dice Clitemnestra. Palabras que suenan vacías considerando el destierro de Orestes; la falta de reacción de Clitemnestra hacia la supuesta muerte de su hijo y la forma en que era tratada Electra, en sus propias palabras, por tan abnegada madre: “(…)a mí me tenían alejada, en desprecio y abyección, me echaban de casa como a perro vil(…)”[2].

La reacción de Clitemnestra ante su sueño demuestra lo débil de sus argumentos para acabar con la vida de Agamenón, con miedo envió ofrendas al difunto intentando calmar su culpable mente. Demostrar culpa es demostrar que duda haber realizado una buena acción. Cosa que aunque no reconozca tiene muy en claro la asesina.

La noticia del asesinato de un padre no es una que se pueda digerir con facilidad, menos aún cuando la perpetradora es tu madre. A pesar de no ser mostrado en la obra, el disgusto que le causó a Orestes enterarse de tal desgracia fue tal que se le puede ver al comienzo de “Las coeforas” suplicando a su padre y a Hermes ayuda.

Orestes no se podía quedar de brazos cruzado tras este terrible hecho, no solo porque es su padre el que ha sido asesinado, sino porque es el honor de ambos el que se ve amenazado. Un héroe del calibre de Agamenón que muere, no por la lanza de algún héroe sino por la daga traicionera de Clitemnestra, es algo intolerable. En palabras de Orestes: “No he de soportar, en fin, que los más ilustres ciudadanos que valerosamente derribaron a Troya estén sometidos a dos mujeres”[3]. Un hijo que deja pasar esto sin más lo es, quizás, incluso más. Esto se puede observar cuando Orestes dice:

No le es lícito al hombre mancillado participar de la crátera y de las libaciones vertidas. Rechazado se ve de los altares por la oculta ira de su padre; nadie le acoge; todos le desprecian, y muere, mucho después, sin amigos y consumido por un destino lamentable y horrendo.[4]

Si se suma esto a las terribles promesas del dios Apolo y las súplicas de su hermana Electra, es fácil observar el por qué Orestes tenía no solo un deber moral (consigo, con su hermana y con su padre) sino también divino con el gran Loxias. Solo acabando con la vida de los asesinos podían verse satisfechas todas las partes. Cometido el crimen Orestes busca expiarse. No lo hace porque se sienta culpable, por creer que cometió un error, más bien lo hace porque sabe que es la única forma de presentarse ante Atena y ser juzgado de forma positiva. Como Efectivamente sucede.

La principal diferencia entre ambos crímenes no se trata de bueno y malo. Ambas manos fueron manchadas con la sangre de un ser cercano. Una de ellas fueron movidas por algo noble, el deseo de reivindicación del honor familiar; la otra solo fue una marioneta de la hýbris.
Bibliografía:
Esquilo. Teatro completo. España: Editorial Bruguera S. A., 1976.




[1] Esquilo; Teatro completo; 1° Edición; España, Julio Pallí Bonet; 1976; p. 246

[2] Esquilo; Teatro completo; 1° Edición; España, Julio Pallí Bonet; 1976; p. 260

[3] Esquilo; Teatro completo; 1° Edición; España, Julio Pallí Bonet; 1976; p. 257

[4] Esquilo; Teatro completo; 1° Edición; España, Julio Pallí Bonet; 1976; p. 257

martes, 5 de noviembre de 2013

Una delgada línea

Estoy en esa delgada línea que separa el amor del odio, debatiéndome sobre cuál es el siguiente paso que debo dar. Temo equivocarme y terminar odiándote, más aún temo que termines odiándome. Porque te amo y me amas, ¿verdad?

Estoy en esa delgada línea que separa la felicidad de la tristeza. Acostada a oscuras escucho una triste melodía seguida por una alegre. ¿Cuándo parará? ¿Acaso lo hará? Quiero sentirme mal, llorar y lamentarme de mi miseria, quizás así pueda ser feliz.

Estoy en esa delgada línea que separa la vida de la muerte. Lo pienso y lo analizo, no es lo que debo hacer pero cuan tentador suena esa idea a veces. Estúpido y sin sentido. ¿Lento o rápido? No lo haré pero me divierte pensarlo, saber que existe esa posibilidad.

martes, 22 de octubre de 2013

Del bien, del mal y de todo lo que queda en medio

¿Te has preguntado últimamente si tienes material para ser un maestro de ladrones? Yo lo hice, lo hago y lo haré siempre. Estaba sentada en la camioneta, como todos los días. Miraba la hora con ganas de ser yo la que llevara ese transporte a su destino con mayor rapidez. Una señora ya pasada de edad se sube; no puedo evitar que cierto pensamiento travieso ronde mi mente: ¿Acaso no estaba yo siendo una simple ratera más? Le estaba arrebatando a esa pobre señora algo que ella necesitaba y yo no. Vi los minutos pasar y a la señora seguir de pie, fue entonces cuando decidí levantarme y cederle el puesto. Le robé una sonrisa a la señora, le sobraban un par y me la dio; sin querer pero con gusto. Desde entonces tengo una “misión secreta”, siempre que pueda buscaría sentarme para que esas personas tuvieran un puesto seguro.

Un simple ladrón, incluso cuando no ejerce la mejor profesión, sigue siendo un humano cuando conserva algo de moral en él; pero eso es algo que también puede aplicarse a la inversa:  una persona cualquiera, al perder su moral, pierde su humanidad. Cada vez que pasamos al lado de una persona en apuros o nos reímos de la desgracia de alguien, nos parecemos un poco más a eso que tanto llegamos a juzgar. ¿Hasta qué punto podemos llegar, escudándonos en excusas vagas como “Yo no le hago daño a nadie”? De pedazo en pedazo vamos perdiendo lo que nos vuelve humanos y nadie hace nada por detenerlo.

Las pequeñas acciones cuentan mucho más de lo que creemos. Son ellas las que definen lo que somos. No se trata de “portarse bien” porque alguien superior nos pueda castigar, es hacer de este pensamiento un modo de vivir. Ir por la calle robando sonrisas a base de buenas acciones, dando a cambio todo aquello que nos sobre. No importa si se trata de un puesto en el bus o un par de monedas en el bolsillo. Roba y déjate robar día a día, muestra el maestro de ladrones que eres y enseña tu profesión a esos que aún siguen robando de la peor forma. Todos llevamos tenemos algo bueno y algo malo dentro, queda en nosotros decidir qué usar y cómo usarlo. 

sábado, 28 de septiembre de 2013

La roca

Caigo como una roca en un pequeño charco, viendo tan cerca de mí la superficie pero sin poder hacer nada por subir. Las gotas de lluvia rompen la tranquilidad de ese mundo superior, me calma y me desespera en partes iguales. Se ven bien pero no las siento, deseo sentirlas... Sentir algo más que esta eterna monotonía.

Ella cae, es una hermosa moneda. Tan valiosa como aparentemente inútil. Cae de algún bolsillo extraño, escapando rebelde de ese pobre iluso que no sabe lo que tuvo ni lo que perdió. A mi lado se queda, tan impasible como pueden estar una moneda y una roca en un charco cualquiera.

La lluvia sigue, nada cambia excepto que ahora me siento afortunada. Llegué gracias a una patada del destino, quizás este sea mi lugar. Pero no es el de ella, no es justo y lo sé. La veo sentirse como roca pero no lo es. ¿Cómo puedo mostrarle quién es en realidad?

El sol brilla y es como si la luz emanara de ella, mi compañera, mi moneda. Si pudiera verse como yo la veo en este momento quizás notaría lo distinta que somos, ella no es una roca y yo sí. Si los demás la vieran como yo la veo me la arrebatarían. No quiero pero sé que pasará, tarde o temprano. 

Un rayo más, contengo la respiración, alguien pasa y se va. Ya puedo respirar de nuevo. La observo y sonrío, como solo ella me hace sonreír. Justo en ese momento, sin previo aviso, la veo partir. Este charco sigue siendo el mismo y yo... Solo soy una roca más.

martes, 9 de julio de 2013

HappyThankYouMorePlease

Últimamente me ha dado por ver películas fuera de lo "común", algo menos de cartelera. Y en este ir y venir llegué a una película dirigida por Josh Radnor, mejor conocido por su papel protagónico en How I met your mother, Liberal arts. Siempre he creído que los cómicos tienen más bien una mente profunda y este actor en específico me lo confirma. Luego de ver el filme antes mencionado me dediqué a hacer una pequeña visita al Wikipedia y con mucho agrado encuentro que ese es, apenas, su segunda producción. Me picó el bichito de la curiosidad y decidí ver la primera, creyendo que quizás podría gustarme tanto o poco menos que la segunda. Así fue como hoy, después de mucho, disfruté de HappyThankYouMorePlease. Solo el nombre me parece digno de echarle una mirada a la película. 

Si desean saber de qué va la película, esta entrada no trata eso. Ya muchos sitios podrían dar una mejor sinopsis que yo. Una opinión o pseudo crítica tampoco será el contenido en esta oportunidad ya que no me considero una experta en esto. Solo les diré que yo disfruté de inicio a fin y con los ojos cerrados se la recomiendo a quien esté interesado en darle una oportunidad. La pregunta que queda sería: ¿Qué hago escribiendo entonces? O más vulgarmente hablando, ¿qué carajos haces acá? Y la respuesta, simplemente vengo aquí porque un par de frases en esta película me hicieron pensar más que otras en mi situación actual. Con facilidad pude identificar con algunos, sino todos, los personajes. El que más me llamó la atención fue sin duda el que interpreta Josh, una de sus primeras líneas fue: "Anoche salí tratando de arruinarme la vida y funcionó."

¿Con qué intención solemos salir a la calle? En una de mis entradas anteriores he dicho que lo ideal sería salir tratando de ser lo que nos gustaría encontrar allá afuera. Pero he de confesar que no siempre puedo cumplir con esto, aunque quizás la palabra "puedo" no es apropiada tomando en cuenta que nada me detiene física o mentalmente. Digamos entonces mejor que a veces no sé como hacerlo sin desanimarme por no recibir lo mismo a cambio. Pero ¿es posible salir a la calle con la llana intención de lastimarnos a propósito? Ciertamente no es sano pero puedo decir por experiencia que sucede. Pero también sé que en esos días que sale buscando algo mal terminas buscando algo mal. Es como salir y ponerte antes unos lentes que distorsionen tu visión, nunca podrás ver las cosas como son.  

Luego tenemos a otra de las chicas que hacen su aparición, Ann, con la que otra parte de mí pudo reflejarse. Más adelante ella, en lágrimas, dice: "Estoy tan harta del optimismo, es agotador." Lo cual me llevó, en la misma línea de pensamientos anterior, a meditar. ¿Hasta qué punto podemos llevar una actitud positiva en la vida? Siempre me he considerado optimista pero definitivamente cada vez es más difícil sostenerla. No los aburriré con esos detalles pero si quiero hacer una comparación a lo anterior, mencioné que salir con una mala actitud te hacer ver todo mal pero el otro extremo (ver todo bien) también puede ser perjudicial. Si decidimos ignorar todo lo malo ¿cómo podemos ser mejores? Ver todo mal, ver todo bien, alejarnos y ver todo, "the big picture". Al final por mucho que digamos que haremos una u otra cosa no podemos decidir, es más bien la situación quien tiene la palabra final. 

Quizás solo despertarnos sin esperar ni un buen día ni un mal día pero dando lo mejor de nosotros podríamos hacer la diferencia. Pero quizás no, ¿quién sabe? Solo sigamos adelante y recordemos que si nos encontramos con uno de los malos, siempre habrá un mañana; y si nos encontramos con uno de los buenos, siempre habrá un mañana. Y si en algún  momento la película HappyThankYouMorePlease se atraviesa en tu camino, mírala. Si te gusta, mañana podrías recomendarla a alguien. Si no te gusta, tranquilo, mañana ya la olvidarás. 

martes, 11 de junio de 2013

Dear demons...

Queridos demonios, hoy les escribo a ustedes personalmente porque siento que ignorar a alguien es malo. Hasta el más fuerte necesita que alguien le hable y quizás a ustedes nunca le habla nadie. No sé que decirles, siempre me ha parecido graciosa esa forma de referirse a ustedes: "Demons". Es un término muy ambiguo y supongo que en cierto modo está acorde a nosotros los humanos. Un demonio antiguamente se creía protector, luego se ganó su fama de ser malvado. ¿Acaso en verdad existen? Para efectos de esta carta digamos que si.

Todos tienen sus demonios, buenos o malos. La mayoría considera que son malos, que acosan y lastiman. Me pregunto si será cierto. Quisiera conocerlos y preguntarles sus nombres y a que se dedican. ¿No sería una verdadera ironía que esos demonios que tratamos de exorcizar sean también nuestros protectores? O quizás no funcione así y dentro tengamos una lucha de demonios buenos y malos. Y en ese ejercicio de "sacar nuestros demonios" estemos haciendo que los buenos se vayan y terminamos solos y desprotegidos ante los malos.

¿Por qué son tan extraños ustedes? Sean buenos o malos me gustaría entenderlos un poco más. ¿Puedo domesticarlos y usar sus "poderes" a mi favor? ¿O su terreno es prohibido para mi? La otra vez leí una frase que tenía algo que ver con encontrar demonios compatibles entre dos personas. ¿Eso existe? ¿Mis demonios pueden coexistir con los de alguien más sin chocar? Hago muchas preguntas, disculpen, no se molesten. Solo deseo saber como controlarlos un poco. Quizás esa sea la respuesta, se molestan y atacan sin compasión a quien los molesta. ¿Hice algo para molestarlos? 

Me despido, mis queridos y odiados demonios, sin comprender de ustedes más de lo que hacía ayer. Sigo sin saber sus nombres, tampoco sé sus intenciones, si hacen un bien o un mal y aun no logro descifrar como sacarlos. Solo sé que están allí y quizás algún día tenga la fuerza que requiere deshacerse de ustedes, si es posible. 

martes, 28 de mayo de 2013

Si tiene que ser, que sea.

Si existe un Dios, quiero creer que no nos creó a su imagen y semejanza. Prefiero pensar que el creó el mundo a su imagen y nosotros fuimos un error garrafal. Y ya que no tiene el valor para acabar con sus "creaciones accidentales", decidió dejarnos estar aquí con nuestro desastre. Si tengo que elegir, elijo soñar con un mundo donde no dependemos de la gracia de un ser supremo sino de nuestras propias decisiones. Lástima que la mayoría de estas decisiones pueden ser, siendo condescendientes, cuestionables.

La mejor forma de comparar el proceso de creación del mundo, a mi parecer, sería una Capilla Sixtina a la cual Miguel Ángel decidió agregar un detallito. Solo que este detalle llamado humano sobrevivió y arruina la obra más perfecta, el mundo. Cuando comprendamos que somos la punta de la pirámide solo por ser minoría y no por ser la especie dominante, los machos alfas; quizás en ese momento podamos llevar con orgullo nuestro lugar y darle el respeto que merece al resto del mundo y la naturaleza. 

Si existe un dios, espero que soporte las amargas lágrimas que provocamos con nuestros daños. Somos una puntita de todo lo que nos rodea, pero una puntita numerosa que puede hacer grandes cambios. Todo lo bueno que hagamos se refleja a gran escala y todo lo malo también. Decide. 

miércoles, 15 de mayo de 2013

Horror Vacui


¿Qué es el barroco? Parece una pregunta muy inocente e incluso fácil si tienes una idea general de la historia del arte. Pero ¿cómo haces si solo tienes una posibilidad para responder bien? Entonces tendrías que saber quién es el que pregunta, ¿estará feliz con tu respuesta vaga y básica de lo que es el barroco? Podrías decir que fue un momento en la línea del tiempo artística, no está del todo mal ni del todo bien. Wikipedia estaría orgullosa, El rincón del vago diría que eres el próximo Einstein. La dura mirada del interrogador dejaría tu alma por el suelo y tu brillante respuesta ya no parecería tan buena. Desesperado exprimes tu cerebro en busca de esa clase de Educación Artística a la cual no prestaste especial atención, nada.

Palabras sin sentido son balbuceadas en un vano intento de súplica, no sabes que va a pasar y eso, quizás, sea lo peor. De repente la obscuridad se adueña de ti, escuchas apenas que te dicen “Descúbrelo” y es lo último que oyes. Silencio total, sabes que estás soltando gritos solo porque tu garganta arde por el esfuerzo pero ni eso puedes sentir. O por lo menos gritas hasta que también eso te es arrebatado, un trapo es vilmente insertado en tu boca callando cualquier posibilidad de exigir que te suelten. Cegado, ensordecido, inmóvil. Luchar ya no es opción, ¿ahora qué? Te recuerdas que sigues vivo y con ese simple motivo respiras tan normalmente como puedes.

Al principio miles de pensamientos sucesivos pasan, una mancha borrosa. Con el tiempo ya la calma se apodera de ti. Sigues pensando porque eso es lo único que tienes, aunque por momento el caos vuelve y otra vez los pensamientos se abarrotan en la mente, llega la lucidez. O algo así. Recuerdos de la vida comienzan a deslizarse con suavidad, unos más claros que otros. ¿Acaso así se sentirá morir? Dicen que toda tu vida desfila frente a tus ojos pero siempre dudaste que fuera así, la muerte no puede ser tan bondadosa como para darte tiempo a recordar tu vida antes de morir, solo mueres y ya. Eso te lleva a pensar en la muerte, más específicamente en lo que pasa después. Tu familia nunca fue religiosa, gracias a dios, por lo cual desde que recuerdas has creído que no hay más allá ni paraíso ni nada. Quizás por eso le temes tanto a la muerte, algo que no admites en voz alta, te asusta morir y que todo termine allí.

Cuando ya tu mente está casi invadida con pensamientos mortuorios intentas rescatar algo bueno, una mirada o una sonrisa, un paisaje bonito, algo que aleje esos malos pensamientos. Aun no mueres, ya tus brazos y piernas son meros sacos que ni puedes sentir y el silencio presiona tus oídos causándote una jaqueca pero precisamente eso te da esperanza. La jaqueca es dolor y el dolor es vida. Piensas en el cielo, siempre te ha gustado verlo aunque no sea algo feliz, tampoco es algo triste. Sobre todo la inmensidad te hace estremecer, pensar que ese millar de pequeños puntos son solo una porción de todo lo que hay allá fuera es, en parte, aterrador así como fascinante. Al lado de todo eso, tu insignificante ser no es nada. Una pequeña hormiga en un mundo de gigantes.

¿Cuánto tiempo habrá pasado? ¿15 minutos, una hora, un día? El tiempo parece haberse detenido pero, otra vez, eso es improbable. El tiempo y la muerte no perdonan, ambos te persiguen y hacen de su estadía una cruel tortura. Normalmente escuchar el tic tac de un reloj te saca de tus casillas, odias sentir que te apuran. Pero ahora desearía que ese pequeño sonido fuese consuelo, así podrías decir que el tiempo pasa y ya falta poco para salir de eso. Aunque eso no suena bien tampoco, sigues sin saber la respuesta que en primer lugar te puso allí. Habías olvidado eso, pero tan pronto surge el pensamiento es rápidamente desechado. Hay tiempo para buscarla después. Siempre hay tiempo para hacer lo que podríamos hacer ahora, ¿verdad?

Siempre existió ese temor a la obscuridad y al silencio, a pesar de parecer infantil aún corres al apagar las luces por miedo. ¿Miedo a qué? ¿Miedo a lo desconocido? No, miedo a un desconocido en particular, el vacío. Nunca lo has vivido, no conoces alguien que lo haya vivido, no quieres vivirlo. Una frase de Lezama Lima resuena en tu mente “el vacío envía su primer grafía para quedar como el no aire. El aire que acostumbrábamos sentir ¿ver?”* Es hilarante que eso venga a ti justo ahora; cuando no puedes sentir, ver u oír nada. Pero eso no puede ser el vacío, no te da tanto miedo. Tus pensamientos y pausadas respiraciones te acompañan.

Otra vez tu cerebro trabaja a toda velocidad, rostros y momentos vuelven a desfilar sin compasión. Sientes miedo, más del que habías sentido hasta ahora. Tu cuerpo y tu mente te quieren decir algo pero no logras entender del todo. Solo sabes que no estás muy seguro de querer saber. Y así como todos los pensamientos vienen, con la velocidad del mejor caballo de carreras, así mismo se van. Y con estos se te olvida hasta respirar, por un breve instante no eres nada. Solo una amorfa masa de barro, a merced de cualquier par de manos dispuestas a hacer de ti lo que quieran. Incluso si lo que quieren es dejarte a un lado como ese ente extraño que eres y no eres.

Y en ese momento de claridad, como impulsada por la voluntad de una deidad, tu venda cae. El trapo que fue puesto en tu boca es removido y tu cuerpo es liberado. El aire entra a trompicones, la sangre fluye, la luz cegadora lastima y te hace doler. Dolor, vida, tiempo. ¿Qué es el barroco? Te preguntan sin darte tregua. Con voz ronca respondes: “El barroco soy yo” y eres libre.

*Lima, Lezama. Muerte del tiempo.

domingo, 12 de mayo de 2013

Adiós, mi querida infancia

Hoy viendo Toy Story 3 otra vez, luego de llorar otra vez caí en cuenta de algo. Nunca, que recuerde, tuve mi despedida de la niñez. Quizás sea porque nunca tuve una infancia muy normal o solo es mi mente jugando una jugarreta conmigo borrando esa información, el punto es que no recuerdo en algún momento de mi vida haber dicho adiós a la infancia. Andy un día, luego de postergarlo, tuvo que hacerlo. Guardó sus juguetes por mucho tiempo, sin siquiera usarlos, pero en el momento de tener que deshacerse de ellos no pudo. Separarse de su niño interno fue simplemente una posibilidad lejana... Hasta que dejo de serlo. Con algunos niños son los juguetes mientras con otros es el Ratón Pérez o Santa. Yo no recuerdo una despedida de mis juguetes, un "Santa/Ratón Pérez no existe", simplemente un día dejé de jugar y un día dejé de esperar por mi regalo de navidad y mi dinero bajo la almohada.

Quizás un momento que me "marcó" de niña a no-tan-niña fue el primer día de clases luego de mi hermano haberse graduado. No compartíamos en el colegio más allá del trayecto de ida o de vuelta; pero en el momento en que a mi mente cayó la plena conciencia de mi hermano ausente, no pude evitar las lágrimas. Al graduarme de secundaria no sentí mucho más de una modesta emoción. Al empezar en la universidad, igual. Y ya, eso fue todo. Ningún momento de trauma, nada. A veces siento esa nostalgia por el pasado pero no por la infancia como tal. Eso me hace preguntar ¿por qué? ¿Está algo mal conmigo? 

Luego pensé y pensé, buscando el error o defecto de fábrica que me hizo no tener mi momento "Andy despidiéndose de sus juguetes" y lo entendí. No hay ningún problema porque yo todavía no he desechado mis juguetes, no he desechado mi Santa o mi Ratón Pérez. Aún los tengo en mí. Soy una niña perdida en el país de nunca jamás. Y no malinterpreten mis palabras, una parte de mi siempre será así de infantil pero también soy una cuasi adulta. Lo mejor de dos mundos, la madurez de un viejo desde los ojos soñadores de un niño. No es algo que pueda, ni quiera, cambiar. Y si alguien me consultara una duda con respecto a botar sus juguetes o dejarlos en el ático o llevárselos a la universidad le diría: "Llévalos, siempre, en tu corazón." Y si en cambio me encuentro con alguien que ya se deshizo de su infancia, con mis niñerías le recordaré lo hermoso que es mirar todo con la magia propia de un niño.

jueves, 9 de mayo de 2013

First look of a blind

Todo fue obscuridad hasta que un día, en un suspiro, había luz. 
Nunca la he visto y no se como luce.
Así que no sabría decirte si eso era lo que llamaban luz.
Solamente sé que algo dentro de mi decía que eso tenía que ser, 
era hermosa. 
Necesitaba que eso tan maravilloso tuviera como nombre 
"Luz".

Y entonces, miré.

Imagina una pareja en pésimo estado bajo un puente. La mujer, claramente embarazada, fuma junto a él.

Quieres voltear, ¿verdad? Cada célula de tu cerebro pide a gritos que mires hacia otro lado, de repente la decoración a tu alrededor se vuelve sumamente interesante. No te sientas mal, no lo niegues, también me ha pasado.

Intenta un día obligarte a mirar. Yo lo hice hoy.

martes, 7 de mayo de 2013

Ser noble, ser héroe


Si hay un dicho que dice “Todos los caminos llevan a Roma” bien se podría decir que “Todos los caminos del intelecto llevan a Grecia”. Cuando comparamos la Grecia antigua con nuestra actualidad es fácil encontrar, a pesar de las grandes diferencias, también un cierto je ne sais quoi que nos puede recordar al mundo moderno. Esto se puede lograr solo después de quitarnos el chip “moral cristiano”, al ver con mayor profundidad esta rica civilización. Una vez conoces la cultura ya no hay vuelta atrás, es muy posible que termines cual colegiala enamorada. Una vez aceptados los términos y condiciones ya no podrás evitar entregarle tu alma a Grecia. Es prácticamente imposible evadirlo y a veces es mejor no resistirse. Lo bueno es bello y lo bello atrae.

Y así, ya profundamente enamorado de lo griego, comienza una red de fantasías y fascinaciones. Anhelamos por un segundo respirar el mismo aire de aquellos héroes nobles, compartir hecatombes, luchar para salir victorioso y discutir en el ágora. Así de ambiciosa es nuestra imaginación, nunca nos vemos junto a los plebeyos, siempre estamos con la crème de la crème. Pero si creemos que eso será fácil estamos muy equivocados. No basta con nacer en la nobleza para ser noble, ni siquiera ser hijo de un dios nos asegura nada. Esto apenas es el primer paso. Desde muy joven tienes que aprender ciertas conductas dignas de alguien de esa extirpe, hay que forjar el areté a base de palabras respaldadas por acciones.

Una persona cuya areté ya esté en su proceso de formación debe continuar hasta llegar a su perfección. Solo con grandes acciones y luego la muerte en una de estas se puede decir que se ha perfeccionado el areté. Y son estas las que demuestran el amor propio que se tiene como parte del aristos. Si lo bello es bueno, entonces el héroe que aspira a lo bello está aspirando a lo bueno. Algo que por derecho se merece, esto es clara muestra de la estima que se tiene como persona aretéica. ¿Y qué es más bello que la gloria y el renombre de un héroe que luchó y venció? Apropiarse de la belleza entonces sería dejar cualquier cosa material y no material para ganarse la gloria, pasar a la historia.

Apropiarse de la belleza es algo que quizás pueda ser logrado solo mediante las armas, en una grandiosa acción. Pero parte del forjamiento del areté antes de ser capaz de poder combatir es educarse para ser un adulto bueno. Un entrenamiento tanto físico como mental y espiritual. Ser un héroe es ser una moneda con dos caras, es ser tan bueno en un enfrentamiento lanza a lanza como en uno en el ágora con las palabras. Como todo en la Grecia clásica la educación, llamada psicagogia, adquiere también un matiz bello que no se puede encontrar en la actualidad. Las palabras con las que se educan son hermosas y artísticamente logran mover al futuro héroe. De la misma forma el maestro es también casi un artista y se le respeta, a él y sus consejos, como es debido.

Por esto cuando Atenea en la forma de Mentes da consejo a Telémaco este lo reconoce como una verdad absoluta. Con sus buenas formas, dignas de un noble, él escucha todo lo que tiene que decir y al notar la belleza en sus palabras algo dentro de sí se mueve a aceptarle. Si Atenea hubiese tomado la forma de un niño y hablado con palabras menos propias quizás la historia no hubiese ocurrido de la misma forma. Pero al tomar la forma de Mentes, siendo este un rey, surge ante Telémaco como una figura de mayor sabiduría; hecho que se confirma en cuanto comienza a referirle la solución a su problema con los pretendientes de su madre. Buscar imágenes de su padre, confirmar si está vivo o muerto y actuar con respecto a esto. En general, ponerse en acción. Al finalizar este consejo Telémaco dice “Me dices estas cosas de una manera tan benévola … que nunca jamás podré olvidarlas” Allí está la mayor muestra de belleza en las palabras de Atenea.

Otra vez Atenea, la cual hace figura principal de educadora en la Telemaquía, esta vez en la forma de Mentor lo aconseja a la hora de hablar con Nestor. Telémaco, asustado al ser un principiante teme cometer un error y parecer imprudente o fuera de lugar. Atenea, sabiamente, le recuerda de donde viene y como esto no pudo ocurrir sin el previo consentimiento de los dioses. Con este consejo le insta a en parte dejarse llevar por su mente y la ayuda divina. Además hace énfasis en recordar la hazaña de navegar, lo cual de por sí ya constituye una gran acción para un chico que hasta ahora no había hecho nada más que lamentarse en casa por su actual situación.

La Odisea desde un principio es una gran ironía. Odiseo es un héroe tan “raro” y tan novelesco que su historia no podía ser de otra forma. La primera gran ironía de la Telemaquía es la situación del mismo Odiseo, luego de 10 años de guerra y de ser la mente maestra del plan que pone fin a esta, termina varado en una isla a manos de una ninfa que se encaprichó con él. Y tras 7 años es puesto en libertad sin nada en su posesión y aun perdido lejos de su hogar, de Ítaca. La segunda ironía se encuentra en Telémaco, impulsado por consejo divino parte a buscar información de su padre. Pero lo hace a escondidas de su madre, cual muchacho que sale a festejar con sus amigos luego sin pedir permiso. Duda de su madre y necesita de su padre pero no hace más que lamentarse.

Quizás deberíamos ser más como un héroe griego en nuestro día a día. Formarnos para conseguir nuestros objetivos, ya no tanto con las armas sino con la palabra. Respetar los consejos que nos puedan dar cuando vengan de personas prudentes y respetar también al consejero que nos supera en conocimiento. Escuchar la voz de nuestra Atenea interna y nunca sentarnos a lamentar lo que nos ocurre. La única forma de cambiar lo que no nos gusta es adoptar una postura heroica, siempre con educación pero exigiendo el lugar que como buenos humanos nos corresponde. Hablar y que nuestras acciones sean consecuentes. Salgamos a la calle a apropiarnos de la belleza, con la sabia psicagogia de nuestros mentores y riéndonos de las ironías que nos presenta la vida.

lunes, 29 de abril de 2013

Días y noches

Días y noches pasan por mi ventana con una velocidad alarmante, mi rostro no envejece de manera notable pero cada día pesa en mi mente. Salgo a la calle en busca de algo, ¿de alguien? Falta algo y no sé que es. Miento. Faltas tu. No falta nada, todo está acá. Deja de buscar. No quiero, hay un vacío y puedo sentirlo. Salgo a la calle buscando rostros, rostros que me vean por más de 5 segundos para luego olvidarles en menos de 5 segundos. Desvarías, divagas, alucinas. 

Días y noches siguen pasando. ¿Qué piensas? ¿Qué quieres? Dos amigos para llevar por favor, no los quiero perfectos. Solo los quiero. Egoísta, pesimista. Mira a tu alrededor. Me pierdo, ¿dónde estoy? Despierta, aquí estás. Te estaba buscando, te encontré. No soy yo, si lo soy. Ya no entiendo, para ya por favor. Es sencillo, no te compliques. Vas por el camino incorrecto, retrocede, o no. ¿Cómo se por donde ir? Nunca lo sabrás. Sigue.

Días y noches, no paran. Apresúrate, te queda poco tiempo, vas tarde, corre. No me gusta correr, me canso, me duele. Si no duele no sirve. Lárgate, me molestas. Me necesitas, te necesito, no te quiero. Dime que me amas. Te amo. Se feliz, grita, ríe. Deja de correr, ya llegué, ¿llegué? No parece el lugar correcto. No hay lugar correcto, camina y apártate. Estorbas. Déjame, déjame. Te odio. Miento. Mientes. Sigamos, juntos. Suena bien, pero no quiero.

Días y noches, noches y días. ¿Acaso existen o solo están en mi mente? Tu mente existe, eso es suficiente. No es suficiente para mi, ni para ti. El agua corre y lastima pero también es mansa y cura. Se como el agua, o como el fuego, lo que tu prefieras. Vuela arriba o nada abajo. ¿Nada o todo? Ya no tienes sentido. Nunca lo tuve. ¿Y ahora? Ahora no existe, ya eso pasó. Mentira. Está pasando, en cuanto lo ves ya pasó. Detente. Ok. Adiós, hasta luego.

lunes, 15 de abril de 2013

Política, la novia molesta de tu mejor amigo que intentas soportar

Para mi la lucha siempre ha sido "Políticos vs Pueblo". La duración de un periodo de gobierno varía dependiendo del país, en Venezuela son 6 años. Éste claramente puede ser alterado, reduciéndolo o alargándolo, por distintos factores como: una dictadura, una muerte, un golpe de estado, entre otros. El pueblo, por otro lado, está allí para siempre. Es ese conductor de autobús, esa señora en la calle, ese niño en el parque, esa madre, ese padre, ese hijo, esa pareja; son todas esas personas que das por sentado en tu día a día pero sin las cuales tu vida perdería sentido. Si hay algo que sabe bien hacer el venezolano, por no decir el humano en general, es armar una plática con un completo extraño. Muchas de estas pequeñas pláticas nos llevan a amistades duraderas; otras, quedan en nuestra memoria como un buen momento; algunas, en cambio, ni llegan a ser recordadas de nuevo. 

Un país que se divide por culpa de los políticos es igual a dos amigos de toda la vida peleando por una noviecilla.

No hay cosa más sucia en el mundo que la política; separa familias, amigos y vecinos. La política es un ente que vive entre nosotros hace ya muchos años, siempre está allí con una mirada amenazadora. Lo peor de todo, quizás, es que hace un trabajo tan bueno que ya todos nos creímos el cuento de que NECESITAMOS DE LA POLÍTICA. Increíble, pero cierto; creemos firmemente que el camino para un país mejor es a través de un hombre/mujer que haga todo, disimulado con la palabra "democracia" nos hacen sentir que realmente somos parte de las decisiones que en realidad toman ellos. El que diga que una persona que llega a presidente no es inteligente se miente a si mismo, ¿cómo podría no ser inteligente una persona que juega con la mente de millones de "seguidores"? ¿Cómo podría no ser inteligente alguien capaz de dividir a un país en dos creando caos?

Si nos quitan la unión nos quitan todo.

No saben la cantidad de insultos que he leído en un solo día, indiferentemente del lado que provengan son despreciables. He llegado a tomarme unos muy personalmente porque siento que hablan de mi familia. Es asqueroso. Gente cegada por mentiras de un ser bastante inteligente insultando a otras personas igual de cegadas por mentiras también. ¿No entienden lo que están haciendo con nosotros? ¿No lo ven? Están haciendo que nos odiemos, están haciendo que odiemos nuestra estadía en este país que nos dio a luz. ¿Cómo podemos exigir un cambio sin cambiar nosotros? ¿Con que cara y moral exigimos algo que no hemos hecho nada por merecer? Con solo mirar a las personas alrededor en nuestro día a día, en especial con los hechos recientes, se puede ver que clase de personas somos.

Basta de peleas, basta de violencia, basta de insultos.

Es utópico creer que todo va a cambiar de un día para otro; que de repente nos daremos cuenta que no necesitamos a esas personas para cambiar, o por lo menos no de la manera que lo pensamos. No reniego del hecho de necesitar orden en el país, orden que supuestamente nos ofrecen ellos, pero si reniego de que una persona sea indispensable. Si hay que escoger un presidente, se escogerá; si no cumple con su deber, se escogerá alguien más; si alguien opina distinto a lo que tu piensas, pregúntale por qué y lleguen a un acuerdo. Quizás todo no esté tan bien como unos creen, tal vez no esté tan mal como otros suponen, probablemente hayan muchos cambios que hacer. Solo hablando se puede llegar a una conclusión. No nos dejemos vendar con palabras bonitas de nadie, empecemos el cambio por nosotros.

Un país es solo un área geográfica políticamente independiente, una patria es esa tierra a la cual nos sentimos ligados por vínculos afectivos.

jueves, 11 de abril de 2013

Progresar o retroceder

Escrito el 31 de Marzo de 2013


¿Es acaso la palabra progreso sinónimo de bienestar? ¿Dar un paso hacia adelante implica ir en un buen camino? Con la llegada de los españoles a tierras peruanas esa fue la encrucijada a la cual fueron puestos los indígenas, sobre todo aquellos de la sierra cuya cultura estaba menos dispuesta a una apertura hacia la occidental. Con paso apresurado la costa fue cayendo ante el dominio de los conquistadores hasta ser uno más con ellos. Pero los serranos opusieron mayor resistencia, ganándose así el desprecio tanto de españoles como de criollos. Un país se vio entonces dividido, dos pueblos una vez hermanos separados por unos extranjeros. Todo lo relacionado con la sierra era desterrado, incluso sus habitantes.

Víctimas de años de violencia y desdén los indígenas y mestizos de la sierra necesitaban desesperadamente de una salida, o mejor dicho entrada, a ese inexplorado mundo occidental, aunque quizás en ese momento no fuera algo que supieran. Todo lo que conocían hasta ahora de “esos españoles” era la brutal forma con la que trataron de violar su pueblo y todas las terribles consecuencias que sufrieron ante la dominación de tierras costeras. Pero dentro de todo grupo irracional siempre hay unos cuantos con 4 dedos de frente, en el caso de los españoles fueron los misioneros. Quizás a propósito o quizás no, estos cayeron en cuenta que la violencia no era la solución, tampoco lo eran las falsas promesas de empleo o riquezas.

La respuesta estaba en la religión. Aprendiendo el quechua los misioneros demostraron un respeto hacia la cultura que no había sido mostrado antes y enseñándoles su religión de una forma nueva, sin pisotear sus viejas creencias, le dieron a los quechuas una excusa bastante válida para abrirse ante la conquista. De forma pacífica, no violenta, hablando y cantando, así fue como los tan despreciados serranos pudieron ver con nuevos ojos este extraño mundo que en un principio se les presentó oscuro y repudiante. Fue el primer paso, de muchos otros, para dejar de ser una cultura condenada al olvido. Se crea el primer camino que los lleva a la costa y allí son recibidos, junto a sus cantos, también con mayor aceptación.

Si estos antiguos roces entre costa y sierra fueron olvidados o aun existen ciertos desprecios es algo difícil de saber, probablemente así sea. Si tomaron una buena decisión al dejarse llevar por aquellos misioneros, es aun más difícil. ¿Fueron realmente movidos por el amor al aprender el quechua? O más importante, ¿hacia quién iba dirigido este amor, hacia el mismo pueblo quechua o hacia su dios? Porque si algo es cierto es que la religión católica siempre ha buscado expandirse, quizás su amor hacia Dios al final los llevo a amar a este pueblo. Y su amor tal vez fue tan fuerte que creyeron que al enseñarles la religión católica les hacían un bien. Es seguro que fueron la puerta que con gusto quechuas usaron para penetrar un nuevo, misterioso y hasta emocionante mundo. Quizás, esta exploración sea beneficiosa.

*Análisis de los textos “La canción popular mestiza en el Perú: su valor documental y poético” y “El valor poético y documental de los himnos religiosos quechuas” por José María Arguedas

Una juventud condenada

Escrito el 8 de abril de 2013


Condenar: (Del lat. condemnāre). tr. Dicho de un juez: Pronunciar sentencia, imponiendo al reo la pena correspondiente o dictando en juicio civil, o en otras jurisdicciones, fallo que no se limite a absolver de la demanda.


Condenados, sin ser reos, por personas que no son jueces.

El día de hoy, en otra de mis odiseas por volver a casa, me conseguí con el típico camionetero que preferiría cualquier cosa a seguir con ese trabajo. No lo culpo, prácticamente a nadie le gusta su trabajo. Pero cuando eres un joven estudiante, que usa tarjeta inteligente para pagar, este ser puede convertirse en un problema. Hasta el año pasado comencé a usar este servicio de pago y no se puede negar que significa un gran alivio para el bolsillo, de 20 bs diarios a 10 bs trimestralmente hay una GRAN diferencia. 

Le entregué la tarjeta, con mi carnet en la otra mano preparada para posibles cuestionamientos de mi identidad, y esperé. El señor, me miró con mala cara y con desagradablemente me dijo: "Pasa, esta vez te llevo de gratis." Me senté con mi rostro muy tranquilo y vi como actuó de igual forma con otros chicos. Por mi mente pasaban desde insultos hasta frases que, según yo, le pondrían a pensar en como su comportamiento fue inadecuado. Me imaginé claramente una escena en la que le daba su dinero diciéndole: "Todos estamos tan jodidos como usted, yo podría ser su hija que solo desea volver a casa". La gente prorrumpiría en aplausos, el conductor se quedaría anonadado y susurraría una disculpa. Muy conmovedor todo.

Claramente todo eso no salió de mi mente; los 10 bs se quedaron en mi cartera y las palabras, en mi boca. Nada de aplausos y ninguna mente conmovida por las "palabras sabias" de una chiquilla. Al minuto de bajarme de la camioneta me reprendí por no hacer nada pero ya el momento había pasado. Pude ser parte de un cambio o quizás no, ya nunca lo sabré. Pude remover la conciencia de los presentes, alzar la voz y decir lo que pienso. No lo hice. Preferí callar alegando que no podría hacer ninguna diferencia lo que diga o deje de decir. Preferí no intentar, aunque fuera en vano.


Juventud: (Del lat. iuventus, -ūtis). f. Edad que se sitúa entre la infancia y la edad adulta.


La juventud está condenada, probablemente se condenó a si misma.

El señor asumió que todos los que nos montamos en su camioneta hicimos un complot para, de alguna forma, dañar su máquina y luego todos pasar gratis. Todo el viaje se la pasó enfurruñado balbuceando que se había dañado por nosotros, que repararla costaba 500 bs, que no le pagamos, bla bla bla. Y este es solo otro de los hechos en una larga lista llena de repudio hacia los estudiantes y sus tarjetas. 

Esta repulsión quizás fue motivada por cierto grupo de jóvenes que mal usaron este servicio. Realmente no se como puesto que para sacarse el pasaje estudiantil hay que pasar por un largo proceso, comparable con el de sacarse la cédula o el pasaporte. Primero hay verificar que nosotros somos realmente quien decimos ser; después, que estudiamos donde decimos estudiar y por último sellar con nuestra huella todo este "pacto" con nuestra huella. Y por si todo esto fuera poco, cada tanto, al quedar sin saldo la tarjeta, se vuelve a comprobar todo lo anterior.

Los adultos nos ven como esos chiquillos revoltosos que no terminan de madurar, unos "niños aún". Esa gente que le debe dar respeto a los mayores pero a la cual no necesariamente deben dar respeto como a un igual. ¿Hay una gran cantidad de chicos que cumplen con este criterio? Quizás. ¿Esa cantidad crece de forma alarmante día a día? También. Pero aquel que diga que no hay un puñado de chicos que salimos a progresar, a dejar nuestra huella positiva en este mundo, ¡que equivocado está! 

No juzgues a un árbol por una de sus hojas ya caídas.

Letras e imágenes

Escrito el 20 de septiembre de 2012

¿Te has preguntado alguna vez cómo sería tu vida sin la posibilidad de comunicarte? Un simple hola o un complejo te quiero, fuera de tu alcance. Desde que somos pequeños por medio de llantos y risas dijimos miles de cosas y hasta ahora seguimos en constante comunicación. Aprendimos nuestras primeras palabras, luego aprendimos como plasmarlas a un nivel más real. El escrito.

Pero esto no es el inicio de todo, el proceso de comunicación comenzó al mismo tiempo que el primer hombre pisó la tierra. Lo que pueden ser considerados dibujos algo infantiles oculta un enorme mensaje, uno que sigue siendo cuestionado. ¿Acaso era un intento por pedir a los dioses más alimentos? ¿O quizás fue su forma de decir “Aquí estamos, esto pasó”? Incluso entonces, se buscaba una forma de decir algo.

Quizás fue un segundo, tal vez miles de años. Pero un día, al lado de un par de ríos, se comenzó algo mucho más grande. Tan grande que incluso hoy día es conocido como “El inicio de la historia”. Lo que ahora es tan simple como tomar un lápiz y escribir, para el 5000 a.C resultó ser una tarea complicada y delegada a personas de gran sabiduría. Escribir. Tomar un punzón y una tablilla, transformar una imagen a un símbolo simple y con ellos comenzar a escribir la historia. Una obra bastante impresionante para una población en constante lucha hecha casi enteramente por arcilla, los mesopotámicos.

Al lado de otro río, los egipcios también satisfacían su necesidad por dejar huella en el mundo de forma escrita. Igualmente con una base pictográfica, pero en un mundo de piedra y madera, comenzaron a desarrollar una escritura que dejaba de representar conceptos y empezaba a expresar sonidos. Un avance incluso, si se quiere, más grande del que ya se había hecho. Tampoco era una tarea para cualquiera y fue hasta mucho tiempo después antes que se lograra desvelar los misterios detrás de estos símbolos.

Hablar del mundo oriental parecer ser hablar de un sitio lejano, hablar de su escritura tan complicada a la vista de nosotros nos hace sentir aun más lejos. Basada a su vez en simbolismos, su escritura logró traspasar la barrera del tiempo hasta llegar al día de hoy, a pesar de los cambios y los signos desaparecidos.

Si nos acercamos un poco más, tanto en tiempo como en espacio, vemos que la escritura tenía bases similares. A pesar de las distintas cosas que frenaron el desarrollo, las culturas Maya, Inca y Mexica tuvieron notables aportes en la escritura ideográfica. Viendo la escritura como un regalo divino, se encargaron de crear con plantas los códices en los que escribían dándole un significado especial a cada color que representaban.

Algo en lo que destacaron los Mayas fue en la matemática, su sistema numérico era muy avanzado para su época. Representaban con puntos y líneas los números y contribuyeron el número 0 a la numerología. Su calendario, también con 365 días constaba de 18 meses.

La escritura Mexica o Azteca fue muy similar a la Maya, a pesar de lo complicada que resultaba, su estructura de izquierda a derecha y de arriba abajo hizo más fácil su posterior comprensión. Su sistema numérico, aunque parecido al Maya, se queda a su sombra debido a su poca practicidad.

Y entonces nos encontramos con nuestra escritura actual y solo podemos preguntar ¿cómo llegamos a esto? Nada pasa de repente y el alfabeto latino como lo conocemos es prueba de ello. Proveniente del alfabeto griego, que es una derivación del alfabeto fenicio que procede del alfabeto egipcio. Son nada más y nada menos que 5000 años de historia detrás de lo que parecen ser simples letras que vemos a diario. ¿Algún día nuestro alfabeto será la base de un alfabeto mucho más avanzado?

Así como se nos hace casi imposible imaginar un mundo sin comunicación, se nos hace un nudo en la garganta cada vez que siquiera pensamos en dejar de ver, en dejar todos esos colores y formas que a su vez también están continuamente comunicándonos cosas. Esto se debe a que más de la mitad de la información que recibimos es visual.

Con tanta información bombardeando nuestros sentidos es obvio pensar que hay distintos tipos de dar y recibir esta. Ya sea en un intercambio, en un método directo y unilateral o con mensajes cambiantes seguimos recibiéndola e interpretándola constantemente.

La vista y la comunicación están, entonces, firmemente ligadas. Con letras y símbolos o con imágenes, siempre hay un mensaje a entregar. Ya depende del emisor la forma, efectiva o no, de dar este mensaje al mundo. Y en el diseño, un color o una forma mal elegida podría ser la diferencia entre lo que quieres decir y lo que el receptor entendió. Es importante para esto evitar cualquier contaminación que pueda alterar nuestro mensaje.

Y con tanta curiosidad humana ante todo lo que nos parece digno de contemplar y entender, una ciencia que estudie los signos y su significado parece muy acertado. ¿Cómo podríamos saber entonces que eso dos palitos uno perpendicular al otro (+) significa suma? O ¿cómo entenderíamos que si queremos atraer al público se debe usar una u otra cosa? Complementando esta ciencia la semiosis nos ayuda a no solo saber que significa un símbolo en específico sino también a darle una función.

Para una comunicación eficaz es importante comprender tanto el lenguaje escrito como el pictográfico, sobre todo para el diseñador es fundamental conocer ambos y saber interpretar con imágenes las palabras de la forma más puntual y sin dar lugar a malinterpretaciones.

Diario de un artista indignado

Escrito el 15 de junio de 2012.

Esto es un ensayo que nos mandaron a escribir en historia del arte, se supone que teníamos que hablar del cambio que hubo del siglo XIX al XX en el arte y esto salió.

¿Qué harías si una máquina llegara a realizar el trabajo que tanto esfuerzo te tomó aprender mucho mejor de lo que nunca podrías hacerlo? ¿Acaso estos extraños inventos te reemplazarán o por el contrario actuarán en tu beneficio? Estas y otras preguntas se plantean con la llegada de la industrialización a pesar del momentáneo cegamiento que produce un avance como los ocurridos en esta época de cambio.

Y esto no excluye a todos aquellos artistas que en un inicio no pueden evitar sorprenderse de esta cosa llamada fotografía. ¿Cómo después de tantos años de práctica por lograr una técnica perfecta ahora un completo desconocido llega a decir que descubrió una forma de captar la realidad que anhelaste y perseguiste? Parece incluso un poco injusto visto de esa forma.

De repente todo el mundo desea una foto, para uso personal, para regalar, para vender ¿quién sabe? ¿En donde quedaron todos aquellos reyes y reinas pidiendo cuadros de escenas pomposas y lejanas a la realidad? ¿Y los héroes de guerra que con tanto ahínco y razonamiento enaltecían sus proezas? ¿Ahora nadie desea un cuadro de un bello pero ambiguo paisaje que despierte sus emociones?

Sin duda tanto cambio confunde, vivir en el tranquilo campo ya no es suficiente para llevar una vida plena pero la ciudad se contamina cada vez un poco más con esas monstruosas fábricas. El dinero gobierna las vidas de todos y cada vez parece estar más escaso. Progreso aparentemente no es sinónimo de bienestar pero el tiempo parece ir demasiado rápido como para detenerlo.

Quizás acoplarse a esta locura llamada avance sea lo mejor, conseguir una bonita cámara y tomar fotos de la realidad es lo que quiere la sociedad. Eso hay que darle. Olvidar la pintura no suena bien, ¿pueden coexistir ambos mundos? Las fotos se parecen mucho a unas que ya se han visto antes, entender el gusto por esto es difícil pero es lo que da algo de dinero para subsistir.

Las calles cada vez se ven más pobres y la gente más descontenta, el mundo sigue cambiando y seguirle el ritmo parece imposible. Debe haber alguna forma de alzar la voz sobre esta marea de tecnología. Las fotografías no son suficiente. Una técnica como esa nunca será alcanzada por manos humanas y es verdad que el lente de la cámara lo capta todo, sin ojos humanos perturbando o alterando su enfoque. Pero es eso lo que descontenta, ¿acaso ahora el mundo se rodeará de imágenes de una máquina olvidando la visión del artista?

Atrás quedó la fascinación por lo novedoso, todo lo que queda son dudas. Es necesario devolver la humanidad a este mundo industrial, cueste lo que cueste. Nada de estado, religión o reyes. Lo social es lo que se debe representar, destrucción, guerras, pobreza y muerte se viven día a día y nadie busca protestar sino seguir la corriente. Llegó la hora de regresar al pincel y el lienzo y gritar basta a través del arte.

Tal vez una voz no sea escuchada y es posible que esta lucha termine tan rápido como el tiempo que pasa sobre todos pero quedarse callado y bajar la cabeza no es opción. Con suerte otros se unirán y una masa se formará y ya no se podrá ignorar. El arte no es solo una excelente técnica sino también un mensaje que la respalde.

¿De qué sirve tanta tecnología si se pierde la humanidad? ¿De qué sirve la técnica si nadie opina realmente nada? Los artistas nacieron para expresar y eso se debe hacer. Si desean utilizar como recurso aquellas modernidades no está mal pero nunca hay que olvidar que todo comenzó con una mezcla de pigmentos, una superficie y una idea a representar.

Parece una idea absurda pero quizás en un futuro no muy lejano cuando una persona vea un cuadro la admiración ilumine sus ojos y la duda aparezca en sus mentes. Se preguntarán que quiso decir ese artista, que veía en ese momento y que se oculta detrás de esos trazos. Vale la pena, solo por eso, intentar.