miércoles, 17 de agosto de 2016

El fin

Las historias que narran el fin del mundo nunca terminan con el mundo finalizando, siempre hay un giro pocos minutos antes donde el supuesto apocalipsis en realidad era solo una especie de lección por aprender. La población se ve infinitamente disminuida, eso sí, para añadir drama al asunto, pero unos pocos sobreviven. El mundo sigue su curso, renovado, las personas aprenden a valorarse y querer la tierra en la que habitan. Todo es tan hermoso y conmovedor. Una bonita música de fondo acompaña a los supervivientes mientras miran el amanecer. Este relato no guarda ninguna lección, es solo la humanidad llegando a su inevitable desenlace. 

Cuando el primer meteorito cayó nadie supo cómo reaccionar. La teoría en la que el mundo acabaría por una roca espacial había sido científicamente discutida, debido a la protección que nos proveía Júpiter con su gran tamaño. Estaban aquellos que decían que ya había pasado una vez, los dinosaurios y su extinción era una carta usada para contraatacar a los anteriores. El segundo y tercer meteoro nos agarró todavía paralizados. El cuarto despertó, oficialmente, el pánico. 

Todo parecía una sinfonía de gritos, la gente corría de un lado al otro. Solo los más sensatos buscaban, donde podían, refugio. Así como comenzó, terminó. El reporte oficial diría que un total de 6 meteoros habían impactado con la tierra mientras otros 4 habían pasado lo suficientemente cerca para ser visibles a plena luz del día. Nadie sabía exactamente qué hacer. ¿Sería como los terremotos, con réplicas? Nadie era experto en desastres naturales, e incluso siéndolo, no había una guía de “Antes/Durante/Después en caso de lluvia de meteoritos”. Cinco, diez minutos, nada sucedía, pero nadie se atrevía a moverse. 

Como en cámara lenta la gente empezó a regresar a las calles, algunos felices de ver todo finalizar, otros tenían miedo de tener otra roca enorme amenazando con aplastarlos. Lo que no cruzaba por la mente de casi nadie era la ruina que ya había sido causada. Entre el golpe y las olas de impacto, muchas vidas se perdieron, daños materiales millonarios clamaban por ser reparados. ¿Sería posible volver a lo que era antes? 

La respuesta fue sí, a pesar del tiempo que tardó, todo regresó más o menos a la normalidad. Las muertes fueron lloradas y el dinero gastado en arreglar todo lo que el desastre les había intentado arrebatar. Transcurrieron los años y los meteoros pasaron a ser parte de la historia, algo para contar y recordar, solo un hecho más en el pasado de la humanidad. Humanidad que no sabía la enfermedad terminal de la que era presa. 


viernes, 22 de julio de 2016

Lyrica Corporea

Tengo ganas de caminar por la mitad de esta calle usando nada más que mis letras. 
Que todos deban verme, en especial tú, para detallar cada punto y cada coma. 
Cuando veas estos verbos que orgullosamente luzco tu boca se hará agua. 
Nada me haría más feliz que restregarte cada sustantivo a la cara. 
Mis signos de interrogación te darán intriga, los de exclamación te impactarán.
 No podrás creer que todo eso estaba en mí. 
Con mi Ñ sabrás al ritmo que gusta moverse mi lengua y tú, inconscientemente, la seguirás. 
Llámame ilusa o egocéntrica pero no podrás evitar enmudecer al leerme. 
Yo solo tengo una petición, acepta ser el sujeto que predique mi acción. 


viernes, 15 de julio de 2016

Club de Debate Blogger (Temas)


Tema 1

Una imagen vale más que mil palabras, ¿o no? De compras en una librería nos empapamos de primeras impresiones, obras envueltas finamente nos llaman con diseños estrambóticos o minimalistas. ¿Qué tomo adquirir? Sin embargo nos siguen repitiendo que no debemos juzgar un libro por su portada. Si una imagen fue elegida para ser el vistazo inicial al universo que constituye ese texto, ¿es completamente incorrecto juzgar al libro por su portada?

Equipo Nro. 1 "D'Vate" - A favor de juzgar el libro por la portada

Equipo Nro. 2 "Osadía" - En contra de juzgar el libro por la portada

Entrega del Discurso: Sábado 16/07 al Sábado 23/07
Entrega de la Objeción: Domingo 24/07 al  Miércoles 27/07  


Tema 2

“De acuerdo con el documento en mano, por la presente certifico que los participantes, personas e individuos mencionados a continuación, dejarán de operar libremente o sin regulación, sino que operarán bajo las reglas, ordenanzas y gobernaciones del panel ya mencionado de las Naciones Unidas, actuando sólo cuando y sí el panel lo considera oportuno y/o necesario.”

El Acuerdo de Sokovia nace, no solo tras la destrucción de una ciudad, sino ante las continuas alertas que levantan los eventos catastróficos que siempre parecen rodear la intervención de los famosos superhéroes. En este caso, el fin parece no justificar los medios. Salvar el mundo no es suficiente motivo para tantas personas caídas y daños materiales de proporciones millonarias.  ¿O lo es? 

Equipo Nro. 1 "D'Vate" - Team Cap, en contra del acuerdo.

Equipo Nro. 2 "Osadía" - Team Iron Man, a favor del acuerdo.

Entrega del Discurso: Lunes 08/08 al Lunes 15/08
Entrega de la Objeción: Martes 16/08 al  Viernes 19/08

Recuerden que el capitán de cada equipo debe publicar en esta entrada el link al post donde plantearán sus argumentos ("Discurso"), adicionalmente cada participante debe realizar un comentario en el blog oponente para refutar ("Objeción").  

viernes, 1 de julio de 2016

Club de Debate Blogger (Info)

 

¡Buenas, buenas! Todo aquel que frecuenta (frecuentó o frecuentará) mi blog sabe que aparte de gustarme crear nuevas historias y personajes, me encanta analizar cosas y dar mi opinión acerca de lo que me rodea. Así que, para comenzar el mes con buen pie me decidí a crear esta pequeña competencia. ¿De qué trata? Nada más y nada menos que un club de debate, pero este tendrá un giro personal. Los temas irán desde aquellos relacionados con la blogosfera hasta otros de la vida. 

Paso 1. Inscripciones 

Se dará el plazo de 1 semana, es decir desde el día Sábado 02/06 hasta el próximo Sábado 09/07 para recibir los participantes. Para ello deberán rellenar el siguiente formulario: 

Nombre (o pseudónimo): 
Url del blog: 
Correo electrónico: 

Paso 2. Formación de los grupos 

Al azar se escogerán dos grupos que serán los contendientes, una vez esto sea realizado a sus correos electrónicos les indicaré quiénes son sus compañeros así como los datos de contacto. Deberán elegir un capitán (puede ser la persona que mayor acceso a internet tenga) y este será el que se comunique conmigo para dudas/inconvenientes/etc. 

D'Vate:                                                         Osadía:
Big Fish                                                          Alan
Hanna                                                            Anna Chaaré
Syrenma B                                                      David Rubio
Helena                                                           Hendelys
Mentedecadente (Capitán)                                 Bruxa Cuervo (Capitana)

Paso 3. El discurso 

Cada semana en una entrada específica se indicará un tema sobre el cual se debatirá y el bando que tendrá cada grupo, es decir si tendrán que estar de acuerdo o en desacuerdo (lo cual se irá rotando) con lo que se planteó. El capitán dejará un comentario en el post indicando el participante que pasará a debatir. 

Tienen una semana para cumplir creando una entrada en sus blogs de 10 líneas como mínimo (Arial 12) donde indiquen argumentos de su postura y luego dejar este link como un comentario en la entrada previamente mencionada. El contendiente que gane esta ronda se llevará 2 puntos para su equipo. 

Paso 4. La objeción 

Un debate no es debate si no nos oponemos a lo que la otra persona expresa, es aquí donde cada participante debe refutar a modo de comentario en el blog rival los argumentos que haya planteado su oponente. El ganador otorgará a su grupo 1 punto. 

Paso 5. El desempate (opcional) 

En caso de un empate cada capitán tendrá la responsabilidad de ir a la muerte súbita con un último debate. 

Paso 6. Los ganadores 

El equipo que resulte ganador será publicado en una entrada especial en The girl with the fairy tattoo junto a una pequeña reseña de sus blogs, y obtendrán el preciado trofeo que los acredita como ganadores del “Club de debate Blogger”. 

¿Te atreves a participar?

Solo el mejor podrá llevarse tan hermoso trofeo

jueves, 23 de junio de 2016

Carta a un héroe

Humanos padres, 

Un padre es a ojos de sus hijos una especie de superhéroe, invencible. Para mí el mío significaba aventuras y emociones. Era ver ríos, montañas y playas. Carreras de botes, viajes en helicóptero, aprender códigos militares. Comidas nuevas y mis chucherías favoritas de siempre. Era momentos fugaces de alegría. 

Hace poco me hablaron de un video donde comparaban dos famosos superhéroes con el rol que puede tomar un padre hacia su hijo. Uno de ellos era indulgente y comprensivo, el otro exigente y estricto. Ambos tenían el mismo propósito, mantener con bien la ciudad que protegían. Con esta comparación humanizaron al héroe. 

Lamentablemente, o de forma afortunada, depende de la perspectiva, la humanidad de mi padre se presentó ante mí demasiado pronto. No estaba preparada para ver al hombre bajo el antifaz, la niña en mí lo rechazó. Tuve que entender que no es necesario ser héroe para ser padre, así como no todo héroe puede ser un buen padre. 

Algunos papás se van antes de tiempo, mientras otros deciden que no están preparados para ese título. Ambos dejan un vacío, una madre que debe ser a su vez padre. Por su parte el mío no siempre estuvo allí, muchas veces yo debí ir a él para adaptarme a su complicada agenda. Las aventuras y las emociones eran solo su intento por equilibrar dos estilos de vida, el profesional y el parental, hacía su mejor esfuerzo en estar

Aún me falta mucho por entender y aceptar. Hoy entiendo lo suficiente para estar agradecida por sus errores, que siempre vinieron desde buenas intenciones. En la teoría tengo un padre, en la práctica dos. Uno es él, mi humano con capa, mi no-tan-héroe. El otro fue mi madre, asumiendo ese papel cuando lo vio luchar. Ambos tienen mi respeto, y por sobre todo, mi amor. 

A todos los padres y (m)padres que intentan ser el héroe que todo hijo desea tener, feliz día. 

Una humana hija. 


lunes, 30 de mayo de 2016

Esperando que llueva

La lluvia, como las cosas buenas en la vida.
A veces te llegan a montones, empapando todo a su paso.
Otras, caen una a una, hasta que casi ni las sientes sobre tu piel.
De vez en cuando... Parece que nunca llegarán.
Eventualmente, siempre llueve.
Paciencia, aplícate bloqueador solar, no vayas a quemarte con las cosas malas que encontrarás en tu camino.

viernes, 20 de mayo de 2016

No sé amar


Nota: Discurso presentado durante el acto de apertura de la 1era Exposición por la Diversidad Sexual en Caracas, Venezuela.

No sé amar. Es una declaración algo fuerte de hacer pero es la triste realidad de muchos, entre los que me incluyo. No sabemos amar. Por lo menos no de la forma que algunos, aún hoy en día, conciben para el amor. 

De acuerdo al internet y su famosa enciclopedia, esa que siempre tiene la razón, el amor es un concepto universal relativo a afinidad entre seres. Simple y sublime. Contradictoriamente, a esto de la “universalidad” del amor, agrega más adelante que su definición puede variar acorde a ideologías o puntos de vista. Todo sonaba más sencillo cuando el amor ERA y ya, sin segundas interpretaciones. 

A grandes rasgos, en sus muchos niveles y complejidades, se puede tener este sentimiento hacia familiares y amigos; pareja amorosa; deidades y entidades místicas; y por último, quizás el más importante, hacia ti mismo. 

Vamos a enumerar como voy yo con esto: 

1. Familiares – Listo, no podemos elegir la familia en la que estaremos y todas tienen sus altibajos, sin embargo el amor es algo innegable. 

2. Amigos – Listo, las verdaderas amistades llegaron después de muchos golpes pero los que lo hicieron supieron ganarse mi amor. 

3. ¿Deidades? No creo en ellas, aunque respeto quien lo hace. Hoy no pero más adelante llegará el momento donde hablaremos de ello. Tengo mucho amor hacia el mundo en el que vivo – Listo, o algo así. 

4. Amarme – A veces se siente como un “En proceso” largo y cansado, luego también podremos conversar acerca de esto. Por los momentos podemos calificarlo como “Listo” tentativamente. 

5. Novia – En proceso. Costará creerlo, después de ver el partidazo que soy, pero no tengo. Tranquilas chicas, no corran, si están interesadas pueden consignar su número después. 

¿Novia, chicas, interesadas? ¿Estoy viendo mal? ¿No eras mujer? No puede ser, ¡pero si tienes senos! Podrán decir algunas voces internas que llegaron acá, inocentemente, porque buscaban comida o espectáculo gratis, ¿se habrán perdido la presentación? En fin, es un placer para mí ser quien abra sus ojos para darles la bienvenida a la Exposición por la Diversidad Sexual. 

Esa palabra, diversidad, es muy linda. En un mundo con billones de personas no hay mejor expresión para definirnos. Cuando el significado de la pluralidad se pierde, o mejor dicho, cuando la tolerancia no va de su mano, es donde puede comenzar a enrollarse el asunto. Si esa famosa página, que comienza con W, dice que el amor depende de ideologías y puntos de vista; ¿qué pasa cuando tu concepción de amor difiere con lo que otro considera como tal? En el mejor de los casos, ese tercero está representado por las personas que comparten contigo en esas pequeñas cosas del día a día: un profesor, tu vecina, el cajero del banco. Quizás podrías ocultar quien eres, con mucho esfuerzo, o fingir que no te importa su opinión. En el más desastroso de los escenarios, el tercero son tus amigos… Tu familia, ¿qué harías? El pensamiento colectivo, a veces, puede más que las individualidades. Por mucho que te amen, si no te consideran correcto, estarán chocando dos ideas irreconciliables muy fuertes. Al igual que chocará dentro de ti el amor que les tienes y el amor que te tienes. 

La sociedad es una masa demasiado grande para intentar moldearla toda a la vez, incluso con todos los grandes y pequeños panaderos poniéndose en acción juntos. Personalmente puedo ser muy terca en mis opiniones, si alguien me dijera que mi forma de actuar está mal, tal vez podría rechazarlos inicialmente. ¿Quiénes son para cambiarme? Y como yo, conozco gente más cabeza dura, para bien y para mal. Madre, sabes que te amo, pero no hay quien logre sacarte de lo que opinas. Afortunadamente tú sientes que quien soy está bien y pelearías con el que sea por defenderlo. 

Como ella hay un gran grupo de personas que aceptan y aplauden lo que cada quien nace siendo. Con otros, teniendo la mayor voluntad y mucho tacto, todo lo que alcanzamos a conseguir es una respetuosa (y muy resignada) aceptación a medias. ¿Cuántos no hemos escuchado esta famosa frase? “Yo no tengo problemas con los que son así pero…” Esos puntos suspensivos tienen más variantes que estaciones en el metro y todos concluyen en cómo todo está bien pero oculto, mucho mejor. En general, con mucha paciencia, se han logrado pequeños avances que hacen posible vivir con relativa calma siendo parte de esa gente que es así. Hay mucho camino aún por andar, claro está, con el fin de hacer de la tolerancia un hábito que se les enseñe a nuestros hijos desde que nacen. Todavía hay personas que no están dispuestos a brindar esa pequeña aceptación, ni siquiera a medias, pero cada generación es un pequeño paso adelante. 

¿Quién diría que un grupo como este podría reunirse en pleno Distrito Capital a celebrar junto al arte nuestra diversidad? Quizás hace no mucho sonaría impensable. Hoy, en cambio, estamos aquí, una sola voz, gritando: ¡No sé amar! ¡Y me niego a amar como tú quieres que ame, con restricciones o a escondidas!

viernes, 6 de mayo de 2016

Canas y arrugas

Este año se cumple el quinto aniversario desde que me gradué del bachillerato, es imposible evadir esa famosa pregunta que alguna vez nos hemos hecho: ¿dónde te ves en cinco años? O quizás sería más exacto, y aún más temible, preguntarme: ¿estoy feliz con lo que me he convertido en esta media década? 

El paso del tiempo es algo temible para todos, aunque logremos vivir con ese miedo. Siempre estará allí, agazapado, esperando para recordarnos que sigue corriendo. Para algunos es el primer cabello grisáceo o una pata de gallo, para otros es una fecha. De repente te vas rodeando de personas casadas, con hijos, con carreras. Ya no soy una niña, ¡ni siquiera una adolescente! Estoy en ese punto en el que aún soy muy joven para algunos pero con más responsabilidades que antes.

Cinco años, se dicen fáciles y se viven fáciles también, a veces.  ¿Qué me diferencia de mi yo del pasado?

Me veo en el espejo, fijamente. Mi cabello sigue igual de rizado, amándome y odiándome a la vez. Mi piel es morena, con pequeñas imperfecciones fruto de la pubertad. Tengo más ojeras, trabajar en horario nocturno pasa sus facturas. Mi barriga ha aumentado, ¡debo ir al gimnasio! Mis caderas y mis pechos siguen en su lugar, afortunadamente. ¿Soy atractiva para los demás? Finalmente, quizás lo más importante, son esos dos surcos que se formaron de tanto sonreír. De vez en cuando con ganas, otras por las fuerzas, siempre sonriendo.

No se ve reflejado lo que está en mi interior, lamentablemente. Me pregunto si mi corazón lucirá igual tras este lapso entre mi juventud y mi adultez. Ha sufrido y ha vivido alegrías. Cuando presenté una prueba de admisión en la universidad, por cierto número de respuestas negativas se anulaba una positiva. ¿Las experiencias malas anularán las buenas? ¿O al revés?

Este año se cumple el quinto aniversario desde que me gradué del bachillerato, aún me faltan muchos años por vivir, canas y arrugas por descubrir. Hay cosas de mi pasado que querría cambiar, pero el futuro es incierto y el presente no espera a que lo vivamos.

miércoles, 27 de abril de 2016

La Profecía de la Rosa


―No puedo dormir.
―¿Quieres un cuento? Puedes ser una princesa.
―¡Sí! 

En un reino no tan lejano de nosotros vivía una niña para nada común. Ella era la princesa, ¡nada más y nada menos! Quizás eso suene bastante común si eres de esta tierra, donde los castillos y sus monarquías abundan. Lo que la hacía extra especial era que no había más princesas, ni en ese reino ni en otros que sí estaban muy lejanos. Aunque no me creas, solo te cuento la verdad, puedes viajar un día a todos ellos y te dirán lo mismo. Por algún extraño motivo hace mucho tiempo que las princesas no nacían en cuna Real. 

Este lugar en el que vivía no era para nada perfecto, nunca saldría en el Top 10 de Reinos que la revista “Royal Times” publicaba anualmente. Su padre, y Rey, contaba con uno de los magos más sabios sobre la faz de la tierra. O por lo menos así era para nuestra pequeña princesa. Tal vez no confíes en sus criterios de sabiduría, para ella era muy importante que un mago supiera contar buenas historias. Windor, el gran sabio, tenía las mejores y más graciosas. Ya sea para dormir o para matar una tarde de aburrimiento, podía recurrir a él. 

Sin importar la opinión de Sophia, porque así se llamaba la niña, su padre tenía una opinión distinta. No había Rey más testarudo que él, por mucha paciencia que tuviera Windor de cada diez consejos que daba solo uno era escuchado. Y por si fuera poco, el consejo siempre era modificado hasta hacerlo parecer una idea original del Rey. 

Cuando los reyes supieron que esperarían al heredero del reino, ya nadie anhelaba princesas en este punto, se sintieron muy felices. Ser padres no podía ser tan difícil. Un día, cuando ya faltaba poco para el nacimiento, el mago llegó apresurado, interrumpiendo la comida. El Monarca, con obvia molestia, le hizo un gesto con la mano ordenando que se retirara. 

―Disculpe, mi señor, si usted lo desea puede esperar, pero es importante. 
―¿Qué pasa? Puedes decirme acá ―respondió dejando los cubiertos. 
―Tiene que ver con… ―miró el vientre de la reina, inseguro. 

Un gemido se escapó de los labios de la futura madre, sin embargo no pronunció palabra recordando los modales que tanto le inculcaron en su infancia. 

―¿Todo está bien? ―cuestionó el Rey, su rostro ocultaba muy bien el miedo que sentía. 
―Apareció una profecía. 

El Soberano no pudo retrasar más la reunión, no sabía lo que podía contener dicha profecía y no quería alarmar a su esposa. Se retiró junto al buen mago a su área de trabajo. Odiaba tener que entrar allí, siempre tenía un olor espantoso a incienso que lo adormecía. Se mantuvo en la puerta, lo más alejado de ese ambiente. El sabio, en su elemento, sacó un pergamino entre todas las cosas que se veían amontonadas. 

―Esto nos ha llegado del oráculo de las montañas en el sur ―le entregó el papel que decía las siguientes palabras. 

Tras muchos años las olas verán nacer la primera rosa entre tantos árboles, su fragilidad será sinónimo de transformación.

Hay un detalle de este reino no tan lejano que lo hacía distinto a los demás. Su geografía consistía en una pequeña isla cuyo perímetro estaba marcado por una amplia barrera de árboles, a diferencia de otras islas donde eran muy escasos los bosques abundantes sobre todo en tan peculiar arreglo. 

Con una gran sonrisa el Rey volvió al comedor donde su Reina había dejado de comer, preocupada por la interrupción. La expresión de su marido la confundió, aunque en el fondo sintió alivio. Todo estaba bien, no podía ser de otra forma. 

―¡Seremos padres de una hermosa niña! 

―¿Y entonces, qué pasó?
―Ve a dormir, mañana seguimos.

N/A: Si desean leer las historias tan divertidas que tiene Windor por contar, hagan click aquí 

martes, 19 de abril de 2016

Carta no entregada


Justo cuando empiezo a convencerme de poder aguantar tu ausencia, se me presentan mil señales con tu nombre. Supongo que estoy condenada a tu recuerdo, a ti. La palabra condenar suena un tanto ruda, como un castigo o una cadena que no me puedo quitar. No me viene a la mente otra que describa mi situación, lamentablemente. 

¿No te encanta la forma en la que hago sonar esas “señales” como algo necesario para pensar en ti? Con ese ego que te caracteriza probablemente me dirías que deje de mentirme. Creo que al final sabemos la verdad, quiera o no una parte de mí siempre estará contigo. 

¡Qué masoquista soy! ¿Verdad? O tal vez es mi condición de humana la que me hace ser así. Desear aquello que no puedo tener… Suena bastante propio de nuestra clase. Cuando somos bebés tenemos permitido patalear por no poder conseguir algo. Con la edad vamos aprendiendo a dejar las rabietas. Acá estoy, hablándole al papel como si fueras tú. ¿Esto contará como berrinche? Quizás. Es mi grito silencioso pidiendo explicación.

Tenía mucho tiempo sin dedicarle tantas letras juntas a alguien, una vez me dijeron que no te las merecías. No odies a quien hizo esa afirmación, era su forma de protegerme. Esa persona sabía el círculo destructivo en el que me podía meter. En el fondo rechacé su afirmación, creo que mereces aún más de lo que pueda llegar a escribirte. Yo en cambio no me siento digna de ti.

Por ahora no tengo nada más que decir, volveré a esa agradable ilusión en la que pretendo no acordarme de ti. Que tengas una buena vida mientras me doy cuenta de lo imposible que es eso.

Se despide a la nada, atentamente
K.

jueves, 7 de abril de 2016

Microrrelatos: Básicos


Todos menos uno de los presentes sabía lo que estaba pasando, cuando la segunda cachetada resonó en todo el lugar su rostro pasó de la conmoción al enojo. Por si fuera poco, la música dejó de sonar dando énfasis al penoso espectáculo. 

– Esta es la tercera y última vez que me haces algo como esto – le dijo con un tono de voz tan bajo que, de no ser por el silencio sepulcral, nadie habría escuchado.

La música siguió sonando y el alcohol fluyendo, como si nada. 

¡Qué cosas se ven en un bar a estas horas! 



Contemplé su rostro, que irradiaba felicidad. Su sueño hecho realidad, ¿cómo no ser feliz? La casa era como la habíamos imaginado, antigua pero con encanto. Blanca, tejado a dos aguas formando un triángulo, un porche de madera y a poca distancia un estanque. El interior reflejaba su sencillez: los muebles necesarios, como decoración alguna que otra foto familiar y sus amados cuadros. Desde pequeña comenzó a pintar y ahora gracias a ello tenía tan bello hogar. 

Colocó su copa de vino sobre el portavasos circular, solté una risa. Siempre tan ordenada. Lamentablemente no podía escuchar mi risa, nunca podría.


A todos nos ha pasado que llegamos a ese punto en el que toca decidir, para continuar con vida. Porque estar estancado solo es sobrevivir. El equipaje ya estaba hecho, no necesitaba más que esas maletas.

Bifurcaciones separan dos mundos que, en apariencia, no tienen nada en común. ¿Quién podría asegurar que eliges la correcta? Despedirse de todos fue lo más difícil, sin duda alguna, por pocos que fueran.

Caminar, escoger, existir. Verbos en infinitivo, decisiones que parecen infinitas. No hay vuelta atrás ni arrepentimiento que valga. La voz detrás del altoparlante hizo el último llamado, hora de abordar.




Corría, como siempre últimamente. No había nada que me motivara a huir, a menos que consideres suficiente no tener razón para quedarte. Tenía los ojos rojos. Estúpida brisa, pensé, aunque tenía rato llorando. 

Tropecé y mi cabeza conoció el pavimento. ¿Podía morir de un golpe en la cabeza? Es posible, pero no pasó. Me quedé acostado, feliz. Ahora tenía un motivo para quedarme, esa caída.

No recordaba si amanecía o atardecía, esa hora formaba una bella tonalidad en el cielo, amarillento. Me fijé en una valla, grandes letras blancas sobre un fondo azul rezaban: “Sonríe, no estás solo”.

jueves, 24 de marzo de 2016

Comunidad Blogger Venezuela - Cap. 1


Una mezcla de nervios y emoción me asaltaban esa mañana, combinado con un poquito de miedo, claro está. Mientras buscaba qué ropa usaría me cuestioné si sería lo mejor hacer esa locura. Tenía ese presentimiento que algo malo pasaría. Qué tonta me sentía. Solo era una reunión con un par de chicos como yo, ¿qué es lo peor que podía pasar? Me reí, generalmente en las historias esa pregunta solía traer cosas muy malas. 

Con 21 años ya tenía 4 años escribiendo, muy poco comparado con otros escritores que conocía. Un hobbie descubierto tardíamente que me proporcionaba mucho placer, pronto se convirtió en un sueño. Me veía a mí misma haciendo eso por siempre, publicando libros quizás. Empecé a estudiar Letras como parte de ese sueño, más adelante abrí un blog. Pero había una gran pared impidiéndome avanzar. Ese impedimento era yo, o más bien mis inseguridades. Mantuve el blog oculto al público casi 2 años antes de atreverme a dejar que alguien más viera lo que muchos llamarían un talento. Para mí nunca era suficiente. Así fue hasta el año pasado, una voz dentro de mí me dijo ¡Basta! Hice visible el blog y comencé a tomarlo como algo serio. La inseguridad seguía allí pero tenía una nueva motivación que hasta ahora no conocía.

- Kéllyta, ¿tú no tenías que salir? – Escuché la voz de mi madre sacándome de mis pensamientos.
- ¿Qué hora es?
- Las 11, ya es tarde.

Solté una grosería antes de apresurarme. ¿Por qué me costaba tanto ser puntual? Comencé a hacer cálculos mentales. Tenía que estar en Caracas a la 1, si salía ya podía llegar a tiempo. Solo me faltaba peinarme. Bueno, saliendo en treinta minutos solo llegaba un poco tarde nada más. Soy un desastre.

Cuarenta y cinco minutos después, tras una revisión en el espejo, decidí que mi aspecto no me molestaba tanto. Me despedí de mi madre con un beso y salí corriendo, vivir en San Antonio era muy tranquilo pero ir a Caracas siempre se sentía como una carrera contrarreloj, de allí mi relación amor-odio hacia la ciudad donde vivía. La fortuna estaba de mi lado, sin embargo, no había tráfico y el camino se hizo rápido. Debe ser el día, me dije. Las calles estaban bastantes vacías pero siendo domingo podía entenderlo. Hasta el metro decidió ir rápido, qué suerte. 

A la 1:05 pm ya estaba en la entrada del Parque del Este (Parque Miranda, corrigió mi mente). Se supone que allí nos debíamos reunir, ¿y si nadie venía? Me sentía bastante tonta viendo a todos lados, hasta que encontré lo que buscaba, unos jóvenes alrededor de un cartel que decía “Reunión de Bloggers 2016”. 

Vamos, no es como si te fueran a comer. 

Me acerqué a ellos con mi mejor sonrisa, podía sentir el rubor en mi cara. 

Ojalá no lo noten. ¿Qué tengo que decir?

- Hola, hola, ya llegué, no esperen más. 

Eso, un chiste malo para comenzar, perfecto.

Una chica se me acercó; era un poco más baja que yo, de tez pálida, grandes ojos negros y cabello corto oscuro. No era muy buena con los rostros pero la reconocí de la Comunidad de Bloggers venezolanos en Facebook. Por su ropa y aspecto podía pasar por una chica gótica. Se vestía bien. Me miró un poco seria, como evaluándome. 

¿Por qué me mira así? ¡Qué pena! No me veo tan mal.
 
Parecía decidir si saludarme o no. Después de aparentemente aprobar su examen, adelantó su mano.

- Oh sí, al fin llegó nuestra salvación – dijo, sarcásticamente. – Menos mal nadie necesitaba algún antídoto porque alguien estaría muerto.
- Solo llegué ligeramente tarde. – Respondí, mitad en broma y mitad en serio.
- Entonces alguien estaría ligeramente muerto.
- Como dices, agradezcamos que no me tocó traer antídotos – Estreché su mano y sonreí, me sentía mejor bromeando, ayudaba a entrar en confianza. – Mucho gusto, soy Kéllyta. – Completé un poco más seria.
- Hola, me puedes decir Hanna. Ven, ya casi estamos todos. No eres la última en llegar. Vamos a dar 10 minutos más y empezamos. – Nos acercamos al pequeño grupo que había reunido – Chicos, ella es Kéllyta, como ya les dije más adelante nos presentaremos todos debidamente.
- ¿Ya o todavía faltan más impuntuales? – Pude escuchar a alguien murmurar.

Alguien anda de mal humor, tampoco fue tanto tiempo.

Justo como sospeché, esa chica tenía cierta aura de líder. No por nada la iniciativa de reunirnos hoy había sido de ella. Me uní a los demás tras un breve saludo. Todos los nervios que había perdido hablando con Hanna habían regresado, estar rodeada de muchas personas me atemorizaba. 

- ¿Kelly? – Una voz, masculina, me hizo pegar un brinco. – Tranquila, tranquila, soy John, ¿recuerdas? Me dijiste que viniera. Perdón por asustarse, es que eres la única que conozco de los que están acá, te reconocí por tu foto.

Me voltee y me encontré con un chico más bajo que yo, de complexión un tanto musculosa. Sus ojos eran bastante verdes, cabello castaño oscuro y su piel tostada.  A diferencia de él, yo nunca lo había visto en fotos. Con el entusiasmo del día ni siquiera me había molestado en confirmar su asistencia. Habíamos interactuado frecuentemente en nuestros blogs ya que, como el mío, el suyo también tenía un estilo narrativo un tanto oscuro.

- Luces como si te fuesen a hacer algo terrible, deberías relajarte mujer. – Bromeó.
- ¡Qué malo! Es que las multitudes me alteran.
- ¿Multitudes? ¿Has mirado alrededor? Estamos en el Parque Miranda, un domingo, y esto está vacío. Casi somos los únicos. Quizás la señorita Hanna armó todo esto para secuestrarnos como ha secuestrado a toda Caracas.

Una alarma en mi cabeza empezó a sonar, ya había visitado este parque antes un domingo y era cierto. La gente venía aquí con sus hijos los domingos a hacer deportes y recrearse. Empecé a hacer memoria, la camioneta en la que bajé tardó bastante en llenar pero lo atribuí al día, así como la poca gente en el metro. 

No hay que ser paranoicos, es domingo y es perfectamente normal. La gente escogió estar hoy en casa. 

John empezó a reír.

- Debiste ver tu cara, bájale a tus nervios, solo bromeo.
- Ja ja, no me simpatizas. Me debes una.
- No deberías bromear con eso – nos interrumpió una voz a nuestro lado, con un toque de acento de los Andes – ¿Te imaginas que hoy se formara alguna protesta?

Me sorprendió un poco el comentario, tan directo. Hice memoria a ver si recordaba a la chica pero no se me hacía familiar. Por la mirada de John, él tampoco la reconocía. Usaba lentes, tenía el cabello castaño liso y piel clara. Lo que más llamaba mi atención era su rostro, lucía como el de una chica muy joven, el que estuviera comiendo chocolate no ayudaba. ¿Acaso tenía ya 18 años?

- Intentaba romper el hielo, solo es un día tranquilo y ya – respondió John después de sacudirse la extrañeza.   

La chica lo ignoró, o más acertado sería decir que se distrajo con su dulce. Empezó a llegar un poco más de gente, reclamando nuestra atención. Hanna finalmente alzó la voz para sugerir que entráramos al parque. Como si de una orden se tratara, empezamos a andar. Una chica corrió hacia nosotros.

- ¡Ya va! ¡Espérenme! – Se había quedado sin aliento la pobre, me recordó a mí cada vez que llegaba a un lugar tarde.
- Hola Génesis, ¿qué pasó? ¿Te perdiste? Me tenías un poco preocupada – le dijo Hanna, al parecer ya se conocían.
- Fue culpa del metro, tenía retraso, no sé qué pasaba. Ustedes los caraqueños son muy valientes. 

Finalmente entramos al parque, la idea era compartir una comida y conversar del mundo blogger y de cada uno. Yo esperaba formar nuevas amistades entre esa gente con la que compartía algo en común, el amor por la escritura y los libros. Escogimos un sitio donde había una porción grande de grama para sentarnos en círculo, algo alejados de todos, protegidos por una colina de miradas curiosas. Hubo un par de personas que pusieron mala cara pero se sentaron también, refunfuñando. ¿Qué parte de “parque” no entendían? Quizás esperaban sillas cubiertas de terciopelo. Yo no puse objeciones y me senté sin más.

Fashion bloggers, seguro. 

- Ahora que estamos aquí, bienvenidos oficialmente a la primera Reunión de Bloggers. Yo soy Hanna, como todos ya saben, de “Hanna Blog”. Me gusta mucho leer y tomar fotos, con mi blog deseo hacer llegar el amor por la lectura a todos los jóvenes como nosotros. ¿Qué les parece si cada uno se va presentando y haciendo una pequeña descripción de su blog?

Oh no, presentarme. No me gusta cómo suena eso. 

Aparentemente, como yo, ninguno encontraba atractiva esa idea, o simplemente no deseaban ir primero.

- Me hubiesen dicho que ya se conocían todos y no hacíamos esta reunión, podemos irnos entonces.
- Baja un poco tu sarcasmo Hanna que van a creer que eres un ogro – dijo un chico, su acento delataba que era del estado Zulia.

Afortunadamente eso bajó la tensión y todos nos reímos. El mismo muchacho que comentó eso se levantó. Era muy alto, pero aparte de eso, su aspecto era “común”, ojos y cabello castaño corto, delgado. 

- Voy yo primero, para que dejes de quejarte. Hola, hola. Mi nombre es Alan, mi blog es “Tinta nocturna”. En él hay libros, hay cine, hay historias, hay música. Y no sé qué más quieres que digamos, esto parece reunión de AA. – Se sentó de nuevo.
- Con respecto a eso de música, ya te dije que hay que revisar tus gustos. – Le molestó Hanna, haciendo comillas con la palabra música. 

Yo no terminaba de agarrar suficiente ánimo para presentarme, distintas frases graciosas me pasaban por la mente y ninguna me convencía. Dejé que otros tomaran mi lugar. Entre una de esas personas le tocó a una chica bajita y delgada, morena de piel. Era de las que tenía mala cara cuando nos tuvimos que sentar, ahora portaba una sonrisa enorme. 

¿Tendrá doble personalidad?
 
- Yo soy Betty, tengo poco tiempo en este mundo de los blogs. Descubrí lo divertido que era leer y eso me llevó a abrir “El amor a un libro”. Soy del estado Vargas. Mi color favorito es el fucsia. ¡Y ya! 

Una vez alguien me dijo que me creía diferente por leer, cuánto me gustaría mostrarle la cantidad de personas que disfrutan de ese hobbie como yo. Cualquier mal presentimiento de la mañana, ahora lo había olvidado por completo.

John me dio un pequeño golpe y regresé al mundo real.

- Después de mí vas tú, prepárate.
- ¿Cómo?

Se levantó, aclarándose la garganta. Tenía un aspecto serio y tranquilo.

- Buenas tardes, mi nombre es John, pero hay demasiados John en el mundo así que prefiero Serazor. Mi blog se llama “La Mitología Serazor” y en él escribo casi cualquier cosa que me venga a la mente, por lo general cosas que pueden causar ganas de fumar un cigarro mientras escuchas las canciones que le dedicaste a tu ex. Ella es Kéllyta, ¿verdad? – Me señaló y yo me sonrojé, aún no estaba preparada pero ahora todos me veían así que me paré.
- Sí, yo soy Kéllyta. Hola. Me daba miedo venir porque creí que me secuestrarían. – Me reí nerviosa, un par de risas me acompañaron, apoyándome – mi blog es “The Girl with the Fairy Tattoo”, escribo relatos y reflexiones de la vida. Eso, sí.

Me senté rápido, suspirando. Lo peor ya había pasado, creí. Me concentré en seguir escuchando las presentaciones.

- Creo que me toca, soy Génesis y vengo de un poco lejos, de Maracaibo. Es mi primera vez en Caracas. Como a muchos acá también me gusta leer y en mi blog hago booktags, reseñas y cosas relacionadas con libros o cine. – Era la chica que había llegado de última, me agradaba su aspecto, parecía una persona sencilla y agradable. Una parte de mí, esa que era intuitiva, sentía que se mostraba distante - ¡Ah sí! Mi blog es “Ojos soñadores”.

Todavía faltaban varias personas, sentí que cumplía una meta personal al no ser la última en ponerse de pie. Es verdad que había sido presionada por John, pero era un inicio alentador. Noté que la chica del chocolate aún no se había levantado, quizás necesitaba un empujón como yo.

- Buenas tardes, me llamo Gisselle. Me gusta mucho la música, toco el clarinete. Mi blog es “Una Travesía Literaria” porque sí, me gusta leer. Soy de la ciudad que protagoniza Oficina Nro. 1, de Miguel Otero Silva, El Tigre. – A medida que iba avanzando, hablaba cada vez más rápido, quizás producto de la emoción.
- Hey, tú, ¿no te vas a presentar? – No pude evitar acercarme a ella, por lo que lograba observar solo faltaba una o dos personas más.

Me vio, como si despertara de un sueño, y me sonrió. Por respuesta lo único que obtuve fue verla levantarse.

- Hasta ahora todos me han caído muy bien, aunque algo me dice que él es muy mayor para estar con nosotros y tampoco se ha presentado – dijo señalando a un joven – yo soy Jessy, de La Victoria, mi blog es “Viajemos entre páginas”. 

Para ser justos, sí luce un poco mayor.

Todos nos quedamos en shock mientras ella se sentaba, como si nada. Sin saber qué decir, pasó un segundo hasta que una risa rompió la tensión.

- Un poco muy honesta, ¿no? Creo que acabo de ganar el premio a la mejor introducción. – Era el no-tan-joven en cuestión. Un poco más alto que Alan, con lentes y una barba descuidada que quizás era la culpable de su aspecto “mayor” – Mi nombre es Ramón, tengo 25 años así que no soy tan viejo, ¿ok? Como Jess, soy de Aragua. No tengo blog pero también me gustan los libros y he pensado abrir uno. 

Así que el malhumorado de antes eras tú, intruso.

Al finalizar las presentaciones comenzaron las distintas actividades que se traían preparadas. Entre algunos juegos para romper el hielo, lecturas conjuntas, trivias, debates y otros pronto se nos hizo las 3 de la tarde. La estaba pasando muy bien. El parque cerraba a las 4:30 y a esa hora planeábamos irnos. Lo último en la agenda era el compartir de comida. Distintos grupos se dispersaron, mucho más cómodos. Por algún motivo Hanna, Génesis, John y yo terminamos juntándonos. 

- ¿Y si vamos al cine? – Comencé a decir – Podemos decirle a todos y que vengan los que estén interesados, aún es temprano y...

Algo interrumpió mis palabras, un grito. Todos nos pusimos alerta, alarmados por la súbita perturbación. 

- Eso no ha sonado como alguien pasando un buen rato en el parque – dijo John sin perder su habitual sarcasmo, pero sin burla.
- Para nada, quizás deberíamos ir a ver – sugirió no muy convencida Génesis.
- Tal vez alguien se cayó, vamos. – Sentenció Hanna llevando la delantera.
- Hey, espérenme, no es seguro – Ramón se acercó, tomando a Hanna por la muñeca para colocarse al frente. 

La seguimos a pesar que el miedo aceleraba nuestros corazones, por mucho que lo intentáramos ocultar. Ese grito tampoco parecía el de alguien cayéndose. Lo que vimos al terminar de subir la colina, que nos separaba del resto del parque, nos heló la sangre. Estuve a punto de gritar de no ser por la mano de John tapando mi boca. Era una persona. Y entre sus manos se encontraba la cabeza de lo que antes había emitido un grito, una mujer. 

Alguien jaló mi camisa, corrí con la mente nublada. Imposible, repetía la voz en mi cabeza una y otra vez. Sin querer había empezado a llorar. Algo en mí sabía que esto no era un sueño. Peor aún, algo dentro de mí presentía que todo esto pasaría. Nadie nos iba a creer, era todo lo que podía pensar mientras llegábamos al grupo de bloggers con el que felizmente nos habíamos reunido. ¿Qué íbamos a hacer ahora?